Los papeles del rock

Carlos: una historia más allá del rock

El guitarrista mexicano-estadounidense Carlos Santana, durante uno de sus conciertos.
photo_camera El guitarrista mexicano-estadounidense Carlos Santana, durante uno de sus conciertos.

Hablar de Carlos Santana es hablar de uno de los nombres de mayor prestigio, solvencia y credibilidad de la historia del rock. A lo largo de su ya larguísima trayectoria, ha sido un músico con una increíble capacidad de evolución, crecimiento y absorción de influencias musicales de todo tipo, siempre con el objetivo, dados sus orígenes, de fusionar los ritmos latinos con el rock anglosajón, habiéndolo logrado la práctica totalidad de las veces que ha entrado en un estudio de grabación y nos ha dejado discos tan brillantes como “Abraxas”, “Caravanserai”, “Amigos”, “Festival” o “Supernatural”. Rudy Valdez, director y realizador audiovisual especializado en documentales de variado contenido social, político y cultural ganador de dos premios Emmy es quien se ha puesto detrás de la cámara para hacer “Carlos”, un documental sobre la vida de Carlos Santana creativamente muy novedoso, afortunadamente muy distinto del aburrido y manido arquetipo del género impuesto en los últimos años. Producido por Brian Grazer y Ron Howard para Imagine Documentaries se ha presentado el pasado mes de septiembre en el Festival de cine de Tribecca en Nueva York y aún sin fecha definida, llegará al público general este otoño.

El guitarrista publicó en 2015 una interesante y reveladora autobiografía llamada “The Universal Tone: My Life” que dedicaba gran parte de sus páginas a los tiempos más difíciles y duros de sus vida, sus problemas con las drogas y sus crisis existenciales. Por ese motivo, cuando finalmente dio el OK a involucrarse en un documental sobre su vida como el que hoy nos ocupa, “Carlos”, insistió mucho en que el hilo narrativo se alejara de toda autocompasión o visión victimista sobre sí mismo. “Ya eché fuera mis demonios y conté mis malos momentos en mis memorias de 2015” –ha declarado Carlos Santana en diversas conferencias de prensa en relación con este documental – “Y no quería que fuera una historia triste sobre un ser humano predecible y patético a quien la gente no puede esperar a que muera para no sufrir más. Creo que ya tenemos suficiente de eso”.

Exactamente lo contrario. “Carlos” es una cinta positiva y optimista, con momentos humanos y entrañables de la vida del guitarrista cargados de emotividad y que transmite una reconfortante sensación de sinceridad y honestidad. El protagonista se ha involucrado mucho en su guión y de hecho puso como condición innegociable para prestarse a hacer el documental opinar y participar sobre el principio, el desarrollo y el final de la historia. “Quiero que esta historia sea una historia de triunfo, gloria y victoria para Dios. Quiero que trate de todos los ingredientes, componentes y elementos presentes en mi vida, especialmente la disciplina, la educación que mi madre inculcó en mi cabeza y en mi corazón para no decepcionarme nunca a mí mismo, ni a mi familia ni a la gente”. Con motivo de la presentación en Tribecca, Rudy Valdez también tuvo oportunidad de dar su interpretación de las claves fundamentales de este trabajo. El director, confeso, devoto y rendido fan de Santana, declaró: “Esta película se llama “Carlos”, no Santana. Se trata de Carlos, la persona, el ser humano. Quien lo vea, querría que experimentase como ha sido su increíble viaje por la vida, su trayectoria tanto musical como espiritual, a través de sus ojos, a través de su voz, a través de su música, a través de su guitarra”.

Valdez fue ayudado en esa misión por un hallazgo al principio de su inmersión en los archivos de Santana, un tesoro de imágenes que mostraban a Santana en una habitación vacía, tocando su guitarra y mirando a la cámara, cantando algunas cosas y hablando directamente con la lente que le enfocaba. “Es sencillamente un hombre con su instrumento. No sólo toca una guitarra en un escenario frente a 80.000 personas por la noche, a veces se sienta y toca la guitarra solo. Eso es lo que hace. Era tan íntimo... se convirtió en muchos sentidos, en la columna vertebral de la película”. En más de una escena aparece junto a sus hijos Salvador y Stella, también aficionados a la música, se han incluido entrevistas con sus hermanas María y Lety así como a relevantes personalidades de la industria musical de entre las cuales, Santana se siente especialmente agradecido a Bill Graham y a Clive Davis por la ayuda que le proporcionaron en sus comienzos. Junto a ello, numerosas imágenes de gira y backstage e importante material de archivo inédito, fotografías y grabaciones caseras de video hechas por el propio Carlos completan los contenidos más a destacar del documental.

El director también realizó nuevas entrevistas con Santana alrededor de una fogata en el desierto, con el objetivo de capturar su esencia en la conversación y haciendo frecuentes alusiones a sus antepasados e influencias. “Habla de metáforas, espíritus y todas esas cosas que a algunas personas les suenan a tópicos, pero es absolutamente sincero al respecto”, dice Valdez. “Ha vivido una vida intensa como músico y como persona, persiguiendo constantemente este tipo de espiritualidad y conciencia elevada. Esas cosas no están compartimentadas en su vida; todas van y vienen con todo lo que hace”. Sin embargo, se decidió no incluir ningún tipo de banda sonora o álbum complementario como parte del proyecto. “Todo lo que tienes que hacer es conseguir los CD´s , los discos o los casetes y ponerlos después de ver la película”, afirma Valdez. En cualquier caso a lo largo de la proyección se pueden escuchar clásicos como “Soul Sacrifice”, “Oye Como Va”, “Evil Ways” o “Moondance”.

Santana se encuentra actualmente inmerso en la gira “1001 Rainbows Tour”, que tiene fechas confirmadas hasta agosto de 2024 antes de regresar a House of Blues Las Vegas en septiembre para estar como artista residente en el espectáculo “Intimate Evening with Santana: Greatest Hits”. En cuanto a nuevos proyectos, tiene en sus propias palabras “como siete pasteles diferentes en el horno”, aunque el más inminente podría ser un disco experimental con su batería y pareja sentimental Cindy Blackman Santana. 

“No quiero llamarlo jazz porque no sería del todo correcto”, afirma. “Wayne Shorter lo ha llamado “un desafío a la música”, parecido a lo que hice con “Caravanserai’”en 1972. Algunas personas piensan que tienen que hacer hazañas de Indiana Jones en todo lo que se plantean, yo no... No querría repetir “Abraxas” o “Supernatural”, porque de todos modos incluso si lo intentara, no podría. Quiero explorar y descubrir nuevas formas de emocionar a la gente, hacerles sonreír y llorar, nuevas melodías. He estado escuchando mucho a Nina Simone, Etta James y Tina Turner porque quiero conseguir esa esencia que tienen en su sonido. Ahí es donde yo quiero ser el siguiente”.

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