Carmen Enríquez desvela en un libro las vivencias de la 'influyente y distinguida' esposa de Franco

Carmen Polo, la 'caprichosa y distante' señora de El Pardo

Carmen Polo, en una imagen tomada en 1968. (Foto: ARCHIVO)
Carmen Polo fue la mujer más poderosa de España durante cuatro décadas de dictadura, su recompensa tras la firme y 'sorprendente' apuesta que hizo en 1917 por el 'poco atractivo' Francisco Franco, una vida que la periodista Carmen Enríquez retrata en un libro al cumplirse 25 años de su muerte.
'Carmen Polo. Señora de El Pardo', de la editorial Esfera de los Libros, recorre las vivencias de esta 'caprichosa', 'distinguida y distante' mujer que, a pesar de no intervenir directamente en la política, tuvo una 'capacidad de influencia bárbara' sobre la vida de los españoles, explica Enríquez.

Un libro muy documentado que la autora, que se define como periodista y no como historiadora, comienza el 31 de enero de 1976, la última jornada de Carmen Polo en El Pardo tras la muerte de Franco, en medio de un trajín incesante de camiones que desalojaban los cientos de miles de objetos recibidos durante años de aquellos que buscaron su favor. De ahí, el libro retrocede a 1917, cuando comienza el 'romance' de la entonces quinceañera con el 'comandantín' Francisco Franco, del que la separaba un 'abismo'.

A Enríquez le resulta 'sorprendente' el 'flechazo tan profundo' que esta joven de la alta burguesía asturiana sintió hacia el militar, 'un señor bajito, poca cosa, no precisamente guapo y con voz aflautada', muy lejos de su círculo social.

Tras la Guerra Civil, Polo llegó al Palacio de El Pardo, escenario donde transcurriría gran parte de su vida tratada como una reina y 'desde donde manejó esos hilos que, sin dictar decretos, le permitían la capacidad de inclinar las costumbres del país y diseñar el papel de la mujer en los años de la dictadura bajo un manto de moral pacata absolutamente puritana'.

De esta forma, el 15 de marzo de 1940, la asturiana se convirtió en la Señora de El Pardo, un tratamiento limitado a la familia real y que exigió el propio Franco, relata Enríquez. Fue entonces -prosigue- cuando Carmen Polo comenzó a tener el 'síndrome del encumbramiento', que fue creciendo con los años y que le hicieron poner distancia con el resto de las personas, incluso con aquellos que habían formado parte de su círculo.

Rodeada de una auténtica corte, la Señora dedicó los años siguientes a crear un ambiente de 'beatería', de 'beneficencia de canastilla y limosna' y de mujeres sometidas a la voluntad de sus maridos, en una España aislada tras la segunda Guerra Mundial.

Enríquez aborda también la 'manía' y los 'celos' que tuvo de los Príncipes, especialmente cuando Juan Carlos fue designado sucesor.

Pero fue en la vejez y enfermedad de Franco cuando intentó ejercer una mayor influencia en la vida política de España, tratando de que Alfonso de Borbón, casado con su nieta, fuera nombrado sucesor en un 'intento bastante desesperado de mantener el tinglado'.

Fue 'irreprochable' en su papel de madre y abuela, volcándose con sus nietos que, dice Enríquez, 'fueron los niños más mimados de España'. Unos nietos sobre los que, sostiene, 'si su abuela levantara la cabeza se volvía a morir' ya que a lo largo de su vida algunos de ellos han hecho justo lo contrario de lo que les inculcó de acuerdo con su moral pacata, puritana y pequeño burguesa'.

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