Un circo esconde sus cuatro elefantes para evitar que se los quiten

Un circo que hace algunas semanas está acampado en la capital brasileña consiguió la difícil proeza de esconder a sus animales, entre ellos cuatro elefantes, dos jirafas y un hipopótamo, para evitar que se los intervinieran.
Los fiscales del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA) que acudieron al circo para inspeccionar la situación de los animales tras recibir denuncias de malos tratos, constataron que todos habían desaparecido, informó la estatal Agencia Brasil.

El hecho ocurrió cuatro días después de que el IBAMA se incautase de dos chimpancés y un hipopótamo del circo bajo el argumento de evitar que siguieran siendo blanco de malos tratos.

Los animales tuvieron que ser devueltos a sus dueños un día después por orden judicial.

En el lugar en que está acampado Le Cirque, un tradicional circo brasileño de propiedad de la familia Stevanovich y que realiza constantes giras por Brasil, Argentina y Uruguay, nadie sabe decir lo que ocurrió con los animales que buscaba el IBAMA.

Algunos vecinos dijeron que vieron los camiones con las jaulas de los animales salir en caravana con rumbo desconocido poco antes de que los fiscales llegaran al circo, que está instalado en Brasilia desde finales de julio para una temporada que inicialmente estaba prevista hasta el 25 de septiembre.

Pese a que la tienda principal del circo aún está montada, las taquillas están cerradas y ningún trabajador sabe decir si el espectáculo proseguirá.

Además de los cuatro elefantes, las dos jirafas y el hipopótamo, entre los animales desaparecidos también figuran una cebra, un camello, los chimpancés y varios caballos.

Los integrantes del circo ya habían llamado la atención esta semana al organizar una colorida e inédita manifestación frente a la sede del Congreso Nacional para protestar contra la persecución de los fiscales ambientales de que dicen ser objeto y garantizar que los animales reciben buenos tratos.

Los fiscales del IBAMA dicen haber constatado situaciones de malos tratos a los animales, así como problemas de orden sanitario y de riesgo para la seguridad pública.

Según el organismo, dos de los chimpancés habían sido castrados y carecían de todos los dientes. El Instituto asegura igualmente que, por falta de espacio adecuado, las jirafas no consiguen mantener la cabeza levantada cuando están dentro de la lona ni en los locales en los que son mantenidas.

El propietario del circo, Augusto Stevanovich, presentó documentos de un zoológico de Brasilia y de la Procuraduría que supuestamente garantizan que los animales reciben buenos tratos y que demuestran que los chimpancés fueron adquiridos ya castrados de un laboratorio holandés.

En algunas regiones y ciudades brasileñas, como en Río de Janeiro, hay leyes que prohíben la utilización de animales en cualquier tipo de espectáculo circense como forma de protegerlos de los malos tratos.

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