Se calcula en cientos los medicamentos disponibles hoy en día que pueden producir sequedad de boca. La reducción de la secreción de las glándulas salivares (xerostomía) es una alteración que se manifiesta por sequedad y sensación irritante en la boca, fisuras en las comisuras y eritema en la lengua que produce ardor y dolor al tragar y hablar. Asimismo, es un trastorno que en numerosas personas, contribuye tanto a un mayor riesgo de caries e infecciones como una mayor dificultad en el uso de las prótesis dentales.
En el contexto dietético una menor producción de saliva altera también la capacidad para formar un bolo alimenticio y deglutir la comida, especialmente de aquellos alimentos secos que se desmenuzan con facilidad al masticarlos. La falta de saliva impide todos los aspectos de la comida, desde la percepción y sensación del gusto y los sabores hasta la masticación y la deglución del alimento.
Las directrices dietéticas se enfocan en 3 estrategias principales 1) comer alimentos húmedos sin especias; 2) aumentar el consumo de líquidos con y entre las comidas; y realizar elecciones alimentarias seguras.
Las dificultades con los alimentos que han de masticarse (carnes), con los que se desmigajan con facilidad (pasteles, galletas, arroz) y con los alimentos secos (panes, galletas, empanadas,..) son frecuentes en las personas con xerostomía grave. En estos casos hay que plantear opciones que alejen el riesgo de disfagia.
Para intentar el aumento de la salivación y reducir las dificultades para la comida es recomendable:
• Comer alimentos blandos o húmedos como sopas, guisos, purés y alimentos picados.
• Sustituir carnes rojas por aves, pescado, quesos, legumbres y huevos.
• Evitar alimentos ásperos (snacks, frutos secos, alimentos en tabletas o barritas, etc.)
• Acompañar los alimentos de preparaciones jugosas con aceites, vinagretas, salsas, cremas, etc.
• Licuar y llevar a texturas más blandas los alimentos secos.
• Ingerir bebidas a pequeños sorbos en intervalos regulares (agua, té, gelatinas, zumo de limón, etc.)
• Beber agua con unas gotas de limón o lima o bebidas con gas con sabor a cítricos.
• Realizar enjuagues con manzanilla y limón (estimulante de la secreción salival)
• Enjuagar la boca antes de comer.
• Suplementar con vitamina C efervescente.
• Masticar chicle sin azúcar.
• Llevar fracciones pequeñas de alimento a la boca y masticar bien.
• Chupar trozos de piña natural, uvas o bayas ácidas congeladas.
• Chupar caramelos sin azúcar.
Dado que estos alimentos o bebidas pueden contener hidratos de carbono fermentables o contribuir a reducir el pH, es importante practicar una adecuada higiene oral después de todas las comidas y meriendas, para así reducir el riesgo de deterioro dental.
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