Este lunes se celebra en todo el mundo el Día de las Gafas de Sol. Por ello, desde el Colegio de Ópticos y Optometristas de Galicia recuerdan que, en plena época estival, se acumulan factores de riesgo a considerar si queremos mantener el buen cuidado de los ojos.
1- El sol... y el mal uso de las gafas de sol
El verano es tiempo de gafas de sol, lo cual supone un riesgo al no emplear los modelos adecuados, cuando muchas personas no utilizan siquiera gafas graduadas. Desde el colegio recomiendan contar con gafas de sol homologadas, es decir, que hayan pasado un control sanitario por parte de un óptico-optometrista, y un filtro adaptado a las características del usuario.
Además, aconsejan utilizar gafas polarizadas, dado que bloquean la luz más molesta, aportan una visión sin reflejos y protegen frente a los rayos ultravioleta.
2- Contraindicaciones del buceo
También bajo el agua del mar es importante protegerse, evitando el buceo con los ojos expuestos, y empleando, en este caso, gafas de buceo totalmente cerradas, que evitan la entrada de bacterias que podrían producir infecciones y conjuntivitis.
3- Contaminación de las lentillas
En cuanto a las lentillas, para el verano se recomiendan las desechables diarias, ya que las partículas de polvo, arena o incluso las bacterias pueden quedarse en la lentilla y mantenerse en contacto con el globo ocular.
Por otro lado, el Colegio apunta que se debe tener cuidado con el viento, ya sea durante el desplazamiento en moto, bicicleta o coche descapotable, porque puede ocasionar la entrada en el ojo de partículas o cuerpos extraños que generen molestias o irritación.
4- Sequedad ocular debido al aire acondicionado
Otro aspecto a tener en cuenta es el uso del aire condicionado, ya que este produce sequedad en los ojos, por lo que se recomienda el uso de gotas humectantes o lágrimas artificiales que mantengan el ojo hidratado.
5- Sensibilidad a la luz ultravioleta
El Colegio destaca además que se debe poner especial atención en la protección de grupos vulnerables como niños y adolescentes, tercera edad, mujeres embarazadas y personas que recientemente se han sometido a operaciones de cataratas o cirugía retractiva, que pueden ser más sensibles a la luz ultravioleta.