El obispo de Roma anima a la juventud a 'no sucumbir a las tentaciones que están al acecho'

Críticas a los que 'se creen dioses y deciden sobre la vida'

Una marea humana custodió al papamóvil. (Foto: JAVIER LIZÓN)
El papa Benedicto XVI arremetió ayer contra 'los que se creen dioses y deciden sobre quien es digno de vivir o puede ser sacrificado', durante el acto de bienvenida a la Jornada Mundial de la Juventud celebrado en la madrileña plaza de Cibeles. 'Hay muchos que creyéndose dioses piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto, decidir quien es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias', dijo el papa a los miles de jóvenes reunidos en la céntrica plaza.
Agregó que 'esos que se creen dioses' se dejan llevar por el impulso de cada momento y advirtió a los jóvenes que esas 'tentaciones están siempre al acecho'. 'Es importante no sucumbir a ellas porque conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios', señaló.

El pontífice, de 84 años, exhortó a los jóvenes a ser prudentes y sabios y a edificar sus vidas sobre el cimiento firme que es Cristo y a escuchar a Jesús 'cuyas palabras no se las lleva el viento, sino que llegan al corazón y fraguan toda la vida'. El papa pidió a los peregrinos: 'Queridos jóvenes, escuchad a Cristo, el único amigo que no defrauda y con el que queremos compartir el camino de la vida'.

Contentode estar por tercera vez en España y en medio de los 'centinelas del futuro', como llamaba Juan Pablo II a los jóvenes, el papa dijo: 'Es una inmensa alegría encontrarme aquí con vosotros, en esta bella ciudad de Madrid'.


LLAVES DE LA CIUDAD

El Papa hizo esta alocución tras cruzar la Puerta de Alcalá junto a 50 jóvenes de todos los continentes, recibir las llaves de la ciudad de manos de su alcalde, Alberto Ruíz Gallardón, y plantar un olivo.

Previamente, en su saludo a Benedicto XVI, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, destacó que el papa llama a los jóvenes a ser 'testigos de alegría' y dijo que con él viene la Iglesia joven. Antes de las palabras del santo padre, cinco jóvenes provenientes de los cinco continentes le entregaron regalos representativos de cada lugar.

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