Ser policía por un día, conocer a un famoso o ir a la peluquería ayudan en el tratamiento médico

Cumplir el deseo de un niño enfermo aumenta su vitalidad

Un niño aprende a ser bombero en una visita de la Unidad Militar de Emergencias al Hospital la Paz de Madrid.
Satisfacer el deseo de un niño enfermo genera importantes beneficios tanto en él como en sus padres, ya que aumentan el espíritu de lucha o la vitalidad y disminuyen los miedos, unos efectos positivos que perduran después de nueve meses.
Además, se produce un descenso de emociones negativas como la hostilidad, la fatiga o la soledad. Así lo confirma el 'Estudio sobre el efecto de las emociones positivas en niños enfermos', un trabajo, pionero en España, de la Fundación Pequeño Deseo, con el apoyo del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, que fue realizado por un equipo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid.

Ser policía por un día, nadar con delfines, lanzarse en paracaídas, ir a la peluquería a ponerse guapo, comer angulas con un famoso, pasar unos días en un hotel 'Todo incluido' en el Caribe, ir al Bernabéu o conocer a un famoso son algunos de los deseos de los más pequeños cuando se encuentran enfermos.

'Los deseos son tan variados como la imaginación de los niños', aseguró ayer la psicóloga Covadonga Chaves, miembro del equipo de investigación, durante la presentación de los resultados del estudio, que no hacen si no confirmar científicamente lo que ya se sospechaba.

En el trabajo participaron 100 niños de entre 5 y 18 años, con enfermedades crónicas o de mal pronóstico; y sus progenitores (38 padres y 85 madres), y se llevó a cabo en los hospitales madrileños Ramón y Cajal, La Paz, Niño Jesús y Gregorio Marañón.


SATISFACCIÓN Y OPTIMISMO

El objetivo era evaluar si el cumplimiento del deseo genera cambios -satisfacción vital, afectos, calidad de vida, optimismo, fortaleza personal..- de forma inmediata (el mismo día), a corto plazo (tres semanas) y a lo largo del tiempo (6-9 meses) y valorar si esos efectos facilitan una mejora en el proceso médico.

Para ello, se formaron dos grupos, uno experimental (el que vio cumplidos sus deseos) y otro de control, y se compararon los resultados de ambos. Lo primero que confirma esta investigación es que el nivel de emociones positivas es siempre superior al de emociones negativas en todas las evaluaciones, tanto en los niños como en los padres.

'El deseo supone un bálsamo para el niño y reduce sus emociones negativas' señaló la psicóloga. El estudio revela que los pacientes infantiles que cumplen deseos relacionados con 'conocer' o 'visitar' muestran puntuaciones más altas en emociones positivas, calidad de vida y dominio de la enfermedad que aquellos cuyo deseo es 'tener', y esos efectos diferenciales se mantienen 6-9 meses después. Además, las madres de los pequeños que vieron satisfechos sus deseos de conocer o visitar informan de menos sintomatología física derivada del tratamiento.

La psicóloga resaltó además que en la medida que los niños viven el día del deseo con más intensidad, los efectos beneficiosos duran más a largo plazo y tienen consecuencias mayores en su estado físico y emocional.

Te puede interesar