Los expertos aconsejan desconectar, descansar sin dejar de estar activo y beber mucha agua

La 'depresión de la tumbona' acecha durante las vacaciones

Una playa repleta de sombrillas y tumbonas con cientos de bañistas tomando el sol. (Foto: EP)
La llegada del calor nos anuncia el verano y con ello las vacaciones, un periodo de tiempo en el que la mayoría de la gente disfruta del ocio, el descanso y los suyos, pero para otros muchos, sobre todo los que no saben relajarse, se convierte en una pesadilla y sufren la llamada 'depresión de la tumbona'.
Y esa energía psíquica se recupera: primero, descansando. Es esencial ya que cuando dormimos, además de descansar físicamente, bajamos los niveles de ansiedad a cero. Con una siesta, de 20 a 30 minutos, se descarga tensión y se vuelven a cargar energías. Pero también, hay que ponerse en forma físicamente porque aumenta el nivel de los neurotransmisores, como la serotonina, una sustancia directamente implicada en el control de los estados de ánimo.

Nadar o pasear por ejemplo es muy bueno, y si se pasea que sea por la mañana. No es aconsejable, sin embargo, en esta época del año hacer footing o carreras de fondo por el calor. Hay que aumentar el consumo de agua porque de lo contrario baja la tensión y uno se siente más triste.

Pero esta 'puesta a punto' del cuerpo tiene que ir acompañada de algunas estrategias para conseguir ilusionarse de nuevo, que es lo prioritario para salir de esta situación depresiva. Para ello, hay que marcarse una serie de objetivos que realmente ilusionen a uno y ver cómo los comparte con el entorno. Hay que estar activo, salir de casa, aunque no apetezca.

Lo último es quedarse viendo la televisión o tumbado, dándole vueltas a la cabeza, porque 'en ese momento la cabeza suele ir bastante en nuestra contra', según afirmó la psicóloga María Jesús Álava Reyes.


DEJAR EL PORTÁTIL Y EL MÓVIL

Recuperar amigos con los que uno se siente bien, leer libros estimulantes y, los que no pueden desconectar del trabajo, olvidarse del portátil y el móvil de empresa. 'Las vacaciones son sagradas', subrayó Álava. Para afrontarlas y salir victorioso de ellas, hay que planificar unas vacaciones realistas, porque con frecuencia se tienen en mente muchas actividades, como si el tiempo fuera infinito. Pactarlas con el entorno, pero también dejarse tiempos para cada uno. Pero los cambios tienen que ser graduales: antes de partir, conviene quedarse tres o cuatro días en casa, donde tenemos más comodidades, y la vuelta igual, unos días antes de empezar a trabajar.

La 'depresión de la tumbona' es el término con el que los doctores de la clínica psiquiátrica Wagner-Jauregg de Linz, en Austria, bautizaron a la 'amenaza psicológica' de las vacaciones, la época supuestamente más esperada del año y que, sin embargo, pasa factura a algunos, que no pueden digerir un corte tan brusco tras un año de tensión. La psicóloga María Jesús Álava Reyes, autora de 'La inutilidad del sufrimiento', el libro de psicología más vendido en España, o 'Trabajar sin sufrir', analiza este tipo de depresión y la forma en la que salir victorioso de las vacaciones.

Llega el verano y con el las vacaciones tras un año con un nivel de tensión constante y haciendo un 'sprint final' en el trabajo para dejarlo todo en su sitio. Esa 'aceleración final' en el trabajo es 'bastante peligrosa', según afirmó Álava, 'porque te añades una tensión enorme que luego, en muchos casos, genera ansiedad e incluso angustia'. El cerebro no hace caso de inmediato a la exclamación de ¡ya, vacaciones! y pasa factura por todo el esfuerzo realizado: 'ahí es muy normal que se tengan crisis de ansiedad enorme, e incluso depresivas, a los dos o tres días de empezarlas'. Son situaciones que se están observando de forma muy frecuente en España porque 'la sensación de vacaciones es de hasta cierta intranquilidad', pues muchas personas en el contexto actual piensan 'qué va a pasar en septiembre y qué nos vamos a encontrar con la situación económica que tenemos'.

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