Un grupo científico de la Universidad de Valladolid investiga sus aplicaciones para control del hogar

Desarrollan un telemando a través de las ondas cerebrales

Desarrollo de una prueba de tecnología BCI en un laboratorio norteamericano.
Una tecnología pionera convertirá las ondas cerebrales en mando de telecontrol de los aparatos tecnológicos dentro del hogar, a partir de un sistema de captación de la actividad neuronal mediante electroencefalograma, lo que favorecerá la calidad de vida de los discapacitados y los mayores. Este es precisamente uno de los objetivos del proyecto, con el que entre otras cosas se pretende facilitar la vida a aquellas personas cuya discapacidade supone un grave hándicap en su vida diaria y en su autonomía personal.
La iniciativa, seleccionada en la última convocatoria de Proyectos Cero en Envejecimiento de la Fundación General CSIC, que impulsan la Obra Social 'la Caixa' y el CSIC, está liderada por el Grupo de Ingeniería Biomédica (GIB) de la Universidad de Valladolid, que dirige Roberto Hornero. Tareas tan sencillas como encender la radio, la luz o la calefacción en casa pueden resultar inalcanzables para muchos discapacitados, y con el objetivo de eliminar barreras ha surgido este proyecto, denominado 'Brain Computer Interface (BCI) for cognitive training and domotic assistance against the effects of ageing'. También participan en el mismo el grupo 'Cognitive Bioengineering' del Centro de Automática y Robótica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, encabezado por María Dolores del Castillo, junto con el Centro de Referencia Estatal de Discapacidad y Dependencia.

Hornero recordó ayer cómo la discapacidad y la dependencia se acentúan progresivamente con el envejecimiento y, precisamente, en los últimos tiempos se está disparando la esperanza de vida en la población. Según sus datos, sólo en 2008, en España, más de 1,7 millones de personas mayores de 64 años tenían dificultades para desarrollar actividades comunes de la vida diaria.


ACTIVIDAD NEURONAL

Este proyecto utiliza una interfaz BCI, que es un sistema de comunicación que monitoriza la actividad cerebral, al tiempo que identifica y traduce en comandos que pueden ser empleados para controlar un dispositivo ciertas características neuronales que reflejan las intenciones del usuario. Los investigadores trabajan ya en el desarrollo de una aplicación informática que se adapte a ese sistema BCI y permita mejorar la autonomía de los discapacitados, de modo que puedan gestionar la domótica únicamente a través de las ondas cerebrales.

Por ejemplo, el teléfono, las luces, la calefacción, un ventilador, la televisión, el DVD, un equipo de música, etc.

Hornero recordó que existen experiencias anteriores con BCI desarrolladas por su grupo de trabajo basadas en ritmos sensoriomotores. El problema de esas experiencias BCI con ritmos sensiomotores, con las que se han conseguido objetivos como dirigir un robot, o una pelota, es que requieren de un entrenamiento excesivamente intenso, que muchas veces el beneficiario no puede seguir o concluir por su complejidad.

En este caso, los movimientos se controlarán a partir de un sistema BCI pero basado en el P300, en donde el individuo tiene que fijarse en la acción que quiere seleccionar entre otras muchas que se iluminan de forma aleatoria, para luego ordenar con sólo la actividad cerebral al mando de telecontrol la ejecución de una orden.

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