En España hay ‘un exagerado culto al sol’, que multiplica las amenazas, según los ópticos

La descuidada salud visual

Casi nadie cumple con el calendario de revisiones, que son especialmente importantes en la etapa infantil; un tercio de los casos de fracaso escolar están relacionados con problemas visuales. Las visitas obligadas al psicotécnico y los reconocimientos médicos de la empresa son los únicos controles para la mayoría de la población que, pese a las reiteradas advertencias, no se preocupa de su salud visual hasta que el daño ya es considerable.
Los especialistas recomiendan el asesoramiento de un profesional a la hora de elegir gafas de sol porque cada persona tiene una sensibilidad a la luz, pero sólo una tercera parte de las ventas se realizan en ópticas. En el resto de los casos se exponen a peligros que pueden castigar considerablemente la vista. Cuando el daño está hecho, todos acuden al especialista.

‘Nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y del óptico cuando no vemos o tenemos una molestia muy fuerte en el ojo’, sentencia Enrique Valcárcel, presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia para lamentar el escaso interés que demuestra la mayoría de la población por su salud visual. ‘Lo recomendable es, salvo que el especialista indique lo contrario, realizar una revisión anual. Sólo las personas que están sometidas a un tratamiento o han sido intervenidas recientemente, cumplen con este calendario. La mayoría de la población viene a la consulta cuando hay algo que le preocupa’.

Esta escasa preocupación por la vista es especialmente preocupante en edades escolares. Los controles entre los cuatro y los seis años son fundamentales para determinar si el niño está capacitado para leer y escribir, o si padece algún tipo de alteración. ‘La vista es el sentido rey en el aprendizaje’, indica Valcárcel. ‘El 30% de los casos de fracaso escolar están relacionados con problemas visuales. A nuestras consultas llegan muchos adolescentes que aseguran no haber acudido nunca al óptico-optometrista, hasta que ellos mismos han detectado una carencia’.

Sensibilidades distintas


Esa ligereza ante la salud visual se manifiesta también a la hora de comprar unas gafas de sol. Cada persona tiene una sensibilidad distinta a la luz, por lo que el tipo de lente debe ser personalizado y su elección debe basarse en el asesoramiento profesional de un óptico optometrista. Las gafas de sol no son iguales. Del mismo modo que cada persona tiene un estilo de vida diferente, las gafas de sol deben adaptarse a distintas necesidades de protección ocular.

‘En España se venden cada año unos treinta millones de gafas de sol y sólo un 30% se compran en ópticas. Al adquirirlas en establecimientos que no cumplen los requisitos, se exponen a filtros deficientes de ultravioletas, posibles deformaciones, dolores de cabeza o futuras cataratas. Hay un culto exagerado al sol y las amenazas se multiplican’, advierte el presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia.

Podemos encontrar gafas de sol en tiendas de ropa, merca dillos o bazares orientales, pese a que los profesionales reiteran los riesgos de la compra fuera de ópticas y establecimientos autorizados. ‘Se han mantenido varias reuniones con representantes de Sanidad y Consumo, pero argumentan que no tienen personal suficiente para controlar estos canales alternativos. Otro de los argumentos que utiliza, y lo hacen desde el desconocimiento, es que las gafas son elementos de protección individuales y, según ellos, no es necesario un asesoramiento’, lamenta Valcárcel.

Los efectos de radiación solar afectan a toda la población, especialmente a niños, personas que trabajan al aire libre y pacientes operados de cataratas. Los niveles dependen de la cantidad de luz: en el campo ronda el 3%, en la playa el 30% y en nieve asciende hasta el 80%. Las gafas de sol son especialmente recomendables en las zonas montañosas, porque la altitud multiplica la intensidad de la radiación, y en las horas centrales de las jornadas estivales.

Calidad de visión


La calidad de la visión también es un factor determinante en la seguridad vial. El 90% de la información que recibe el conductor procede de los ojos y el 40% de los accidentes tienen su origen en una distracción visual. Las personas que padecen un elevado grado de miopía y los mayores de 55 años con inicio de cataratas deben ser especialmente cuidadosos porque no tienen completas sus capacidades visuales.

‘Retardan la recepción de la luz de freno del vehículo precedente y retrasan la frenada entre 10 y 15 metros’, indica Valcárcel. ‘Las gafas más adecuadas son las que tienen un filtro solar inferior a 4 y cristales grises, que transmiten uniformemente la luz a través del espectro y respetan los colores naturales’.

Los optometristas recomiendan para la conducción el cristal polarizado, que evita los reflejos más molestos del sol. En motocicleta y ciclomotor deben usarse gafas envolventes para impedir que las partículas de polvo y otros cuerpos extraños penetren en los ojos. Las precauciones deben extremarse en desplazamientos nocturnos y crepusculares; la proporción de accidentes aumenta, la visión se reduce hasta un 70% y el sentido de profundidad es siete veces más eficaz que durante el día.

Lentillas que corrigen errores de visión en la cama

La técnica se viene aplicando desde hace más de un cuarto de siglo, pero los últimos avances la convierten en una opción muy recomendable para la adaptación programada durante las horas de sueño. El usuario se despierta con el 100% de calidad visual y, gracias a las lentillas de ortoqueratología, pueden corregirse miopías de hasta cuatro dioptrías y astigmatismos bajos’, explica Valcárcel.

Son lentes de contacto fabri cadas en un material rígido y geometría diferente, diseñadas específicamente para corregir errores refractarios de forma temporal e irreversible. Mientras el portador duerme, la lentilla actúa modificando la curvatura de la córnea hasta compensar el error refractivo. Los efectos suelen durar entre uno y tres días, por lo que el usuario debe dormir con las lentes varias noches a la semana.

‘Algunos estudios realizados en Estados Unidos indican que se pueden corregir miopías de hasta nueve dioptrías, pero aquí solo hemos constatado correcciones de tres o cuatro dioptrías’, explica el presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia. En caso de dejar de usar las lentes, el ojo recupera paulatinamente el error refractivo previo a un ritmo de media o una dioptría por día.

Los portadores de este tipo de lentes sufren un incremento menor de la miopía que los usuarios de gafas o lentes de contacto tradicionales. Su visión durante el día es similar a la de una persona sin error refractivo, sin necesidad de elementos correctores. Los usuarios de las lentillas de ortoqueratología evitan, además, las molestias por sequedad al entrar en lugares con aire acondicionado, así como las situaciones de riesgo de pérdida o contaminación por humo o polvo.





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