Latas de cerveza, prótesis mamarias, plátanos, depósitos de combustible, planchas de tarima e, incluso, animales. Todo vale a la hora de camuflar droga a fin de superar los controles de los cuerpos de seguridad.

La droga juega al escondite

Diluida en líquido, moldeada en tomates o en cigarrillos. La imaginación de los narcotraficantes no tiene límites a la hora de idear métodos para ocultar la droga, ya incontables. Por tierra, mar y aire, la droga viaja escondida en el cuerpo, los zapatos, el coche, el camión, en el autobús, en el carrito del bebé, en el patinete, en la pala excavadora, en el buque mercante, en la lancha, en la moto acuática... En Galicia llegó a detectarse heroína camuflada en un bote de espuma de afeitar.
Casi todos los métodos de ocultación de estupefacientes están ya inventados, y los que no lo están, no tardarán en idearse, porque como dice el comandante jefe de los grupos de droga de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, la droga mueve tanto dinero que los grandes narcos no escatiman medios para transportarla.

La capacidad de sorpresa es inagotable y cuando el comandante creía que lo había visto todo en los escondites de la droga, una curiosa noticia saltaba a los medios: una mujer había sido interceptada en el aeropuerto barcelonés de El Prat con droga en las prótesis mamarias. Quizá sea éste uno de los métodos que más ha sorprendido al comandante, a quien también impresionó especialmente otro. Unos narcotraficantes utilizaron un perro, al que abrieron una pequeña raja en el cuerpo y le introdujeron las bolas de cocaína.

España es un país de paso de la droga, recuerda el mando de la UCO, por lo que es mucha e importante la experiencia en la detección e incautación de estupefacientes, hasta el punto de que la Guardia Civil elabora continuos informes que 'exporta' a otros países.

Los métodos de ocultación han ido evolucionando a lo largo del tiempo y son los narcos colombianos los que han hecho uso de los medios más sofisticados. Ellos fueron los pioneros del transporte submarino. Pero también las organizaciones marroquíes están perfeccionando los suyos De hecho, una de las 'novedades' en el mundo de la droga es precisamente la forma de camuflar el hachís. Hasta ahora, recuerda el comandante, se empaquetaba en pastillas de 250 gramos, pero en la actualidad las organizaciones están moldeando el 'chocolate' para darle la forma del producto legal con el que se introduce: tomates, por ejemplo.

Más trabajo está dando a los agentes la incautación de cocaína diluida en líquidos. Desde Ecuador y pasando por Holanda llegaron a España 77.000 latas de cerveza de malta. Hubo que abrir lata por lata, arrojar a una cisterna el líquido de las que supuestamente contenían cocaína -se notaba al tacto porque habían perdido gas- y destruir el resto. Resultado: unos 3.000 envases tenían droga.

Un importante alijo se descubrió en botes de palmito mezclados con otros 'legales'. No está siendo el único alimento elegido por los narcos para 'pasar' droga. Se han descubierto 'espaguetis' de cocaína dentro de papayas, yucas o plátanos, pero también bolas de esta droga en caracoles.

Decenas de contenedores llegan cada semana a los puertos españoles con droga oculta entre la mercancía legal. Inspeccionar cada contenedor es imposible, ya que se paralizaría la actividad económica, por lo que, generalmente, el registro se realiza sobre los que ya se tienen sospechas fundadas. La organización 'marca' el contenedor que lleva la droga y ya en el puerto un miembro de la banda fuerza el cierre, recoge las mochilas y lo vuelve a cerrar con una de las copias de la argolla que han dejado dentro para ello.

La sustancia recorre las carreteras españolas en vehículos de lujo a velocidades superiores a los 200 por hora con destino a Francia sin importarles los controles de los agentes. Es lo que se conoce como 'Go fast', que ya está dando paso al 'Go slow'. Deprisa o despacio, la droga sigue llegando a España.

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