Empresarios vs. Amazon: al juzgado por impagos y condiciones abusivas

España se ha convertido en el marco de una batalla de empresarios contra Amazon. La revuelta se inició en el listado de morosos Icired, en el que compañías como la mayorista informática Megasur apuntó al gigante por deudas generadas en la turbulenta relación que Amazon tiene con sus proveedores -le suministran productos que luego vende él- y vendedores -despachan directamente en su "marketplace"-. Cortado el negocio con esas empresas pero sin liquidar los contratos, los impagos han cogido forma en el último año de hasta ocho demandas en preparación por el bufete Aguilera Castilla y Asociados: "En cada caso vemos cómo Amazon asume funciones que no le corresponde a una empresa y varía condiciones unilateralmente", dice el abogado que las lidera, Juan Luis Aguilera. La demanda de Megasur ya fue admitida a trámite en noviembre por un juzgado madrileño. "Su estrategia es exprimir a los proveedores y creo que en esto saca parte del beneficio", analiza su gerente, Federico Izquierdo, que ve aquí "el último recurso para recuperar el dinero. Y cada incumplimiento está detallado en la demanda". En el caso de Megasur -con 200 tiendas franquiciadas- son 410.000 euros y en el de Luis Cerrillo, director general de Saturday Trade -de productos informáticos, llegó a facturar 16 millones anuales en Amazon-, 2,5 millones entre tres demandas. Ambos, en paralelo al trabajo del bufete y de la procuradora Patricia González, organizan una red de empresarios afectados por las plataformas online. "Treinta están a punto de denunciar, pero me atrevería a decir que hay cientos de afectados", vuelve Izquierdo. Aquí se encuadra la investigación de Bruselas, que acusa a la plataforma de usar datos de proveedores en su beneficio y ve abuso dominante en Alemania y Francia, que la multó por su trato a pymes. En el mercado español, en el que gana peso, ya lo ha sufrido empresarios como Cerrillo: "Amazon me ha copiado, arruinado, no paga y se queda con mis datos de proveedores -lamentaba en La Sexta-, me ha robado todo, la vida y la empresa". Las acusaciones: “robar" tu producto, engaños o abusos Las diferentes demandas preparadas contra Amazon por estas empresas pivotan en impagos por diferentes conceptos y acusaciones que apuntan a la competencia desleal y abusos de poder. Cláusulas de devolución abusivas - La "flexible" política de devolución de Amazon deja un rastro, y supuestos impagos. “Tenemos cientos de miles de euros acumulados en devoluciones inservibles”, explican en Saturday Trade. Es la consecuencia de obligar al proveedor a reasumir mercancía en mal estado, ya usada, que no es suya o que ni le llegó. “Te descuentan el transporte de la devolución. Y si el cliente se queda con el producto original y en su lugar te manda un zapato o una pizza, el dinero ya se reembolsó. Si tú lo devuelve de vuelta a Amazon -que te lo acabarás comiendo-, el porte de regreso también te lo cobran". Por eso reclaman esos gastos de transporte. Cargos no acordados e impagos - Piden la devolución de cargos por "desarrollo de marketing", algo no acordado. E impagos del canon digital. Engaños con la mercancía - Denuncian que Amazon ha llegado a devolver al proveedor mercancía ajena. “Imagínate que te dice: 'Te debo 100, pero te descuento 25 porque te devuelvo esto'. Pero 'esto' no es mío”, lamentan desde Megasur. Junto a Saturday Trade reclaman también en sus demandas el pago de productos que Amazon dice no haber recibido -y que luego la plataforma habría vendido por su cuenta- Apropiarse de tu producto - Coinciden varios en una jugada de Amazon, basada en apropiarse de su producto de éxito. Interviene Aguilera: "Un cliente de Madrid me dice: 'Estoy vendiendo un producto solo, me va bien, nadie más lo vende. Y cuando llevo un año o dos de venta, Amazon me dice: ‘No, no. Usted no puede vender más ese producto’. Y me lo descataloga. Y luego lo venden ellos. El Wall Street Journal lo destapó hace meses: cogen datos de la competencia para tomar decisiones como crear y lanzar un producto idéntico. Bezos no lo pudo negar ante el Congreso. Puentear al proveedor e ir directamente al productor - Otra variante: Amazon detecta un producto de éxito y buscaría puentear a su proveedor para venderlo él. Lo confirman varias empresas: "Con nosotros lo intentó -explican en Megasur-. Pero no caímos". Continúa Aguilera: "Un empresario nos dice: 'Soy fabricante, y no sé cómo Amazon consiguió mis datos, salta al proveedor al que yo vendo y se ofrece”. A Saturday Trade le solicitó unas facturas tras una queja y usó esa información para contactar con Verbatim y vender directamente. Protecciones de precio - Gira alrededor de la información que daAmazon a proveedores y vendedores. La plataforma se blinda a la oscilación de precios y forzaría los movimientos de los empresarios. Explica Aguilera: "Imagínate que hablamos de unas gafas a 1,30 euros. Te avisan que están agotadas. Mando otra remesa, con precio más bajo y sorteando su protección. Pero a la semana me dicen que han aparecido gafas del stock anterior y que por tanto la reducción de precio se hará a todas. Adiós a ese beneficio". Multas unilaterales - Cuestionan multas impuestas por retrasos provocados por los atascos de entrada de sus centros logísticos. "O si los productos no están embalados como dicen. O si las facturas no las mandas con su plataforma", enumera el abogado de las empresas. Opacidad: “Estás cautivo" - Al margen de las demandas, cuestionan la opacidad de Amazon. "Todo está en su plataforma. Y si le dan a un botón, te quedas sin ningún dato. Estás cautivo. Tienes que tener un programa paralelo de gestión". Las disputas se eternizan y cambian su número de rastreo para obstaculizarte. 2020, el año en el que se ha acabado la impunidad de las grandes tecnológicas En el 2020 han estallado las tensiones políticas contra las cuatro grandes tecnológicas -sumen aquí a Google, Apple y Facebook- en Europa y EEUU. El Congreso estadounidense cerró en octubre su investigación a las "BigTech" pidiendo límites. "Tienen demasiado poder", resumieron en una conclusión similar a lo expresada por la CE, que presentó este martes su proyecto de Ley de Mercados Digitales, que quiere regular a las empresas dominantes con amenazas de sanciones o forzar la venta de negocios y de la Ley de Servicios Digitales -sobre los contenidos-. Y en el medio está Amazon, a la que se le discute cómo obtiene el caudal de datos que extrae de particulares -ha sido sancionada en Francia por instalar "cookies" sin permiso- y empresas, cómo los emplea y qué consecuencias tiene en los mercados. Multas por monopolio La CE tiene abierta la ya mencionada investigación contra Amazon por cómo prioriza su marca -y doparla con la bigdata-, a la que se suma una segunda por las dudas sobre cómo elige el "bestbuy". Está en línea con las multas a Google -8.000 millones- y Apple -13.000 millones, recurrida- y sigue la senda de EEUU, con demandas contra Facebook -pide desinvertir en Whatsapp e Instagram- y Google -las dos últimas, este jueves-, y en el que su Congreso define a Amazon como "un monopolio que expulsa a la competencia". Sin retornos a la economía La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, pidió boicotear a la plataforma, igual que varios ministros franceses o Ada Colau en Barcelona. Los economistas alertan de que los empleos destruidos con el cierre del pequeño comercio no compensan, ni de lejos, con los que se están creando por la economía digital y son varios los sectores -reparto, logística, electrodomésticos- que hablan de competencia desleal. Otra polémica es su política fiscal. La CE ya reclamó hace tres años 250 millones en impuestos no pagados por Amazon gracias a su pacto con Luxemburgo, que le dio beneficios de paraíso fiscal entre 2001 y 2014. Desde 2015, las sucursales de la plataforma tributan en cada país, pero funcionan como proveedores de la matriz, la facturación vuelve al Gran Ducado y en España acaba tributando por sus beneficios -opacos en su laberíntica estructura- 5 millones anuales. Los expertos alertan de que la tasa Google -un 3%- no soluciona el embrollo: la clave es detener la competencia fiscal entre países. Precariedad y amenazas Es otro de sus grandes agujeros. Los enormes beneficios generados, por decirlo suavemente, no se traducen en compensaciones a sus empleados. Varios reportajes han denunciado las condiciones de trabajo en las sedes de una empresa criticada por los sueldos bajos y que ha sido condenada en España por usar más de 3.000 falsos autónomos -pagará 6 millones a la S.Social-. Esta precariedad se visibilizó en la crisis del covid: tardó varias semanas en proporcionar mascarillas a sus empleados, con serias trabas para hablar con la prensa. De hecho, un trabajador que denunció la falta de protección fue despedido en EEUU, se filtró una oferta de empleo -luego anulada- en la que buscaba analistas para espiar "políticos y sindicalistas hostiles" y Vice reveló en septiembre cómo vigila grupos privados de Facebook en busca de "rebeldes".