'Vas con la idea de enseñar y aprendes tu más'. Así resume su experiencia Ángela Utrera, una de las más de 800 enfermeras españolas que desde 2005 han participado en el programa Vacaciones Solidarias en distintos países de América y África. Esta iniciativa de la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (FUDEN) tiene como objetivo potenciar el intercambio y acercar a las profesionales españolas a la realidad sanitaria en otros lugares del mundo.
Este año, las enfermeras podrán viajar a países como Argentina, Nicaragua, Cuba, República Dominicana, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe.
Fue en este último país africano donde tuvo lugar el debut 'solidario' de Ángela, que llegó en 2011 llena de ilusión y con ganas de enseñar y aprender. 'Cuando llegas allí vas mentalizada de que vas a encontrarte con condiciones bastante precarias, pero ver la realidad con tus ojos te impacta. Te encuentras que es todavía peor lo que ves que lo que conocemos', explica en una entrevista con Efe esta enfermera malagueña de 26 años.
Durante un mes Ángela rotó por el hospital principal de Santo Tomé, un policlínico y diferentes puestos de salud (el equivalente a nuestros consultorios), localizados en los poblados de la periferia.
¿Lo que más llama la atención?. La falta de recursos materiales. 'Aquí disponemos de todo y somos unos privilegiados porque necesitamos un parche para una escara, un hidrocoloide o cualquier crema y lo tenemos y allí esa escasez la solucionan con mucho ingenio y mucha maña, aprovechando al máximo lo que tienen'. Así, por ejemplo, utilizan el dedo recortado de un guante de látex a modo de gasa para curar un absceso.
También le sorprendió mucho a esta enfermera que en los partos las futuras madres tengan que llevar un cubo para recoger la placenta y los restos y una tela para utilizarla a modo de sábana.
Las expectativas de Ángela se cumplieron y la experiencia fue tan gratificante que decidió repetir y al año siguiente marchó de 'vacaciones solidarias' a Cuba. 'La diferencia con Santo Tomé es abismal', sobre todo, en cuanto a la práctica y la atención al paciente. 'Te dejan ver muy poquito'.
Fue en este último país africano donde tuvo lugar el debut 'solidario' de Ángela, que llegó en 2011 llena de ilusión y con ganas de enseñar y aprender. 'Cuando llegas allí vas mentalizada de que vas a encontrarte con condiciones bastante precarias, pero ver la realidad con tus ojos te impacta. Te encuentras que es todavía peor lo que ves que lo que conocemos', explica en una entrevista con Efe esta enfermera malagueña de 26 años.
Durante un mes Ángela rotó por el hospital principal de Santo Tomé, un policlínico y diferentes puestos de salud (el equivalente a nuestros consultorios), localizados en los poblados de la periferia.
¿Lo que más llama la atención?. La falta de recursos materiales. 'Aquí disponemos de todo y somos unos privilegiados porque necesitamos un parche para una escara, un hidrocoloide o cualquier crema y lo tenemos y allí esa escasez la solucionan con mucho ingenio y mucha maña, aprovechando al máximo lo que tienen'. Así, por ejemplo, utilizan el dedo recortado de un guante de látex a modo de gasa para curar un absceso.
También le sorprendió mucho a esta enfermera que en los partos las futuras madres tengan que llevar un cubo para recoger la placenta y los restos y una tela para utilizarla a modo de sábana.
Las expectativas de Ángela se cumplieron y la experiencia fue tan gratificante que decidió repetir y al año siguiente marchó de 'vacaciones solidarias' a Cuba. 'La diferencia con Santo Tomé es abismal', sobre todo, en cuanto a la práctica y la atención al paciente. 'Te dejan ver muy poquito'.
