Para elegir pareja, los españoles se fijan primero en la personalidad, seguido de físico e inteligencia

La espontaneidad es lo más valorado a la hora de seducir

Una pareja se abraza en el banco de un parque. (Foto: ARCHIVO)
La espontaneidad es el arma de seducción más valorada por los españoles, según un estudio realizado sobre las relaciones de pareja, que apunta también a la sinceridad, la ropa interior y compartir momentos íntimos en cenas románticas y durante las vacaciones como los factores que más y mejor contribuyen a la pasión.
Dos de cada tres españoles valoran la espontaneidad como el mayor arma de seducción de una pareja, según este estudio realizado por Clearblue en cinco países de la Unión Europea: en España, en Reino Unido, en Alemania, en Francia y en Italia.

En el lado contrario se sitúa la presión que mitiga esta relación (22%), aunque hay otros aspectos que son mencionados como equivocarse al decir su nombre (12%), o el mal aliento (11%).

A la hora de elegir pareja, los españoles se fijan primero en la personalidad (80%), seguido del atractivo físico (43%) y la inteligencia (42%). Y una vez que se encontró alguno de esos aspectos, el mejor antídoto para mantener la relación viva es pasar más tiempo juntos, tal y como lo manifiestan dos de cada cinco entrevistados para realizar este estudio.

Además, la confianza es el aspecto más valorado para conseguir una relación duradera. En cuanto a las relaciones sexuales, cerca de la mitad de las mujeres españolas tienen en cuenta a su pareja a la hora de elegir un método anticonceptivo.

En el resto de Europa, la espontaneidad también es el arma pasional más valorada, aunque en cada país existen peculiaridades locales, como el lujo en Reino Unido, la música para mejorar el estado de ánimo en Alemania, y la lencería sexy, junto al champagne, como las armas de seducción preferidas por los franceses.

En el viejo continente, también la presión es el aspecto más mencionado como el enemigo de la seducción en los países del sur europeo, donde el mal aliento es la barrera pasional que más dificulta las relaciones de los ingleses, los alemanes y los franceses.

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