Físicos del CERN terminan el año buscando con frenesí la 'partícula divina'

Los científicos del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) analizan con frenesí en estas últimas semanas del año una cantidad inconmensurable de datos obtenidos por el gran acelerador de hadrones, buscando la partícula 'divina' que hasta ahora nadie ha visto y confiados en tener pronto los primeros resultados.
'El análisis de los datos marcha bien. Estamos verificando las fuentes que podrían introducir errores sistémicos', explica a Efe Javier Cuevas, profesor de Física Atómica en la Universidad de Oviedo e investigador en el CERN a cargo del análisis de datos de la aún hipotética partícula de Higgs.

Esta última es llamada también en el medio de los físicos la 'partícula divina' o 'Bosón de Higgs' y es la que explicaría las interacciones entre el resto de partículas y las fuerzas que actúan entre ellas, permitiendo así entender el origen de la masa.

Sólo hay un pequeño problema: ningún científico ha visto jamás esta partícula, cuya existencia fue planteada en 1964 por Peter Higgs y sobre la que reposa el modelo estándar de la física.

Para poder observarla y llegar a lo más íntimo de la materia, el CERN construyó el gran acelerador de hadrones (conocido bajo sus siglas LHC), de 27 kilómetros de circunferencia y dotado de cuatro gigantescos detectores enterrados entre 50 y 150 metros, en un túnel construido en la década de 1980 para el gran acelerador anterior.

De los cuatro detectores de datos en funciones, son el CMS y el ATLAS los que tienen la misión de detectar cualquier partícula nueva, es decir que ambas buscan esencialmente el 'Bosón de Higgs'.

Ambos experimentos compiten entre ellos para observar primero esa partícula. Si esto ocurriese, el otro detector serviría para contrastar el resultado.

El éxito de este experimento haría posible determinar, por ejemplo, de qué tipo de partículas está formada la materia oscura, que los físicos calculan que representa alrededor del 20 por ciento del universo, es decir de la materia que nos rodea.

La materia que podemos ver -incluidas estrellas, galaxias y otros planetas- apenas representa el 4,5 por ciento del universo, explica Javier Cuevas.

Una mejor comprensión de la materia oscura ayudaría a entender a su vez de qué están hechos los agujeros negros.

Se cree que si la 'partícula divina' todavía no se ha puesto de manifiesto es porque 'no hubo la energía necesaria para hacerla visible', explica María Chamizo, responsable de la toma de datos del CMS y asignada al CERN por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) de España.

Es en el LHC donde esa energía jamás alcanzada se ha producido este año, logrando acelerar haces de protones en sentidos opuestos a más del 99,9 por ciento de la velocidad de la luz antes de que colisionen.

Esos choques han dado origen a una multitud de otras partículas que los físicos estudian en estos días con la esperanza de encontrar allí la que Peter Higgs predijo.

El próximo 7 de diciembre el LHC será apagado para su mantenimiento técnico regular de invierno y no volverá a funcionar sino hasta marzo de 2012.

Sin embargo, los investigadores tienen millones de datos que ya están filtrados y que tienen que analizar para ver si entre ellos no está escondida la 'partícula divina'.

'Tenemos una cantidad de datos cinco veces mayor de lo que esperábamos a principios de año y ahora consideramos que en 2012 podríamos tener entre tres y cuatro veces más', señaló Chamizo.

'2011 ha sido un año muy emocionante. Empezamos a entrar en zona sensible gracias a que el acelerador y los detectores han funcionado estupendamente. Tenemos más datos de los que hubiésemos imaginado y a veces hemos creído ver una partícula nueva, pero cuando la estudiábamos más, pues resultaba que todavía no', comenta Chamizo ilustrando el clima de entusiasmo con el que el CERN termina 2011.

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