El Papa canonizó a seis personas, entre ellas la primera santa australiana y el primero canadiense

La fundadora de las Hijas de Jesús, proclamada santa

La ceremonia de canonización. (Foto: Danilo Schiavella)
Benedicto XVI proclamó ayer en el Vaticano ante más de 100.000 personas a seis nuevos santos, entre ellos la beata monja española Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola (1845-1912), fundadora de las Hijas de Jesús.
Los otros son Mary Hellen Mackillop (1842-1909), fundadora de la congregación de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón, que pasa a ser la primera santa australiana, y el polaco Stanislaw Soltys Kazimierczyk (1433-1489), sacerdote de los canónicos regulares lateranenses. También fue canonizado el canadiense Alfred Bessette (1845-1937), de la congregación de la Santa Cruz, el primer santo de ese país. Asimismo fueron elevados a la gloria de los altares y al culto universal las monjas italianas Giulia Salzano (1846-1929), fundadora de la congregación de las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón, y Battista Camilla da Varano (1458-1524), monja de la Orden de Santa Clara.

La española Cándida María de Jesús Cipritia y Barriola fue la fundadora de las Hijas de Jesús y dedicó su vida a 'vivir sólo para Dios' y en promover la educación de la mujer. La Madre Cándida, como es conocida, fue bautizada con el nombre de Juana Josefa Cipitria y Barriola. Hija de una familia humilde, nació en el caserío de Berrospe, en Andoaín (Guipúzcoa), en mayo de 1845. Muy joven abandonó su tierra para trabajar en Castilla y ayudar así a su familia.


TRABAJO A FAVOR DE LAS MUJERES

El 2 de abril de 1869, en la iglesia de 'El Rosarillo' en Valladolid, vio claro que tenía que fundar una congregación 'para salvar las almas, por medio de la educación e instrucción de la niñez y juventud'. El 8 de diciembre de 1871 en Salamanca, junto con otras cinco mujeres, comenzó su aventura y aquella mujer humilde, de poca cultura y pocos medios materiales, funda la congregación de las Hijas de Jesús. La exclusión de la mujer y de las clases económicamente débiles de los ámbitos de la enseñanza movieron a la Madre Cándida a iniciar este camino, según resaltan sus biógrafos.

La aventura de Salamanca se extiende por toda la geografía española y en 1911 la primeras Hijas de Jesús cruzan el Atlántico para establecerse en Brasil. Al año siguiente, el 9 de agosto de 1912, la Madre Cándida muere en Salamanca. Fue beatificada el 12 de mayo de 1996 por Juan Pablo II y ayer elevada a los altares y al culto universal por Benedicto XVI.

El milagro que le ha llevado a la santificación fue la curación inexplicable para la medicina de la monja jesuitina Carmen del Val Rodríguez, que padecía un mal incurable. La monja estuvo ayer en la canonización. Benedicto XVI resaltó de la monja vasca su origen sencillo y su determinación de 'vivir sólo para Dios. ''Donde no hay lugar para los pobres, tampoco lo hay para mí', decía la nueva santa, que con escasos medios contagió a otras monjas para seguir a Jesús y dedicarse a la promoción de la educación y promoción de la mujer', resaltó el Papa.

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