De naturaleza amable y expansiva, Xosé Ramón Gayoso, que esta noche recoge en Madrid el premio al mejor presentador de programas autonómicos de la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión, está convencido de que no es una distinción 'a una persona, sino a una cadena', a la TVG.
Por la concesión se siente 'encantado, agradecido, muy contento' y 'todos esos calificativos que uno siempre dice' cuando recibe un galardón. 'Un reconocimiento público siempre sienta muy bien', cuenta en una entrevista a EFE el codirector y presentador del espacio musical Luar, que se emite en prime time, en directo, cada semana y con una duración de tres horas.
'Es un momento muy dulce y agradable, hay que disfrutarlo y seguir trabajando. Yo me acuerdo de todos los compañeros', manifiesta.
Insiste en su creencia de que se reconoce el trabajo de 'todo un equipo enorme de gente' porque un presentador solamente es la cara visible. Con un guiño de ironía, explica que entre ellos se llaman 'muñecos', 'como si fuéramos marionetas, porque de alguna manera siempre hay muchas personas que están controlando la aparición de uno delante de la cámara'.
Xosé Ramón Gayoso se enorgullece de sus años en antena, y rememora antiguos programas, como Lúa Nova o Entre Nós, y el veterano Luar, su ocupación presente, del que habla como un 'servicio público con letras grandes, un servicio público que es el de entretener'.
Este espacio, del que precisa que computa su tiempo en años y no en temporadas, 'lleva 21 años interrumpidos' los viernes, con repeticiones el domingo por la tarde.
Hace hincapié en la conversación en la conveniencia de 'agudizar mucho el ingenio', es lo que siempre toca 'para seguir manteniendo un programa en antena', mantiene, y comenta de él mismo, con sarcasmo, que ha ido 'perdiendo fuerza y juventud' en estas dos décadas, en las que, no obstante, ha ganado experiencia. 'Una cosa suple a la otra', bromea un vital Xosé Ramón Gayoso.
De los seguidores, recalca que 'desgraciadamente para el país pero muy en beneficio nuestro' los espectadores de Luar cada día 'aumentan más, porque cada día llega más gente a la senectud. Los mayores mueren más tarde, por lo que nuestros espectadores cada vez viven más'.
Gayoso afirma que le disgustaría que la estructura de Luar no se mantuviese en el tiempo, aunque llegue a darle 'el toque otro compañero', pero siempre 'con el contenido de la expresión musical de un pueblo, que nos puede gustar más o menos, pero es única en el mundo. No podemos decir que ésta sea la mejor música del mundo, pero sí que es única'.
Consultado por su imagen pública y su rol de personaje popular entre la sociedad gallega, argumenta que él tiene una mujer 'muy inteligente a su lado' y que un día ella le indicó que había algo más que la televisión en el mundo.
'La gente -matiza Gayoso- no conoce al ser humano, conoce a esa persona con la que convive tres horas en la pantalla'.
El presentador de Luar, que no se queda tranquilo hasta que no peina todos y cada uno de sus productos, algo que para él es casi una religión, reitera cada vez que tiene oportunidad la importancia del valor 'del grupo de trabajo' y de los compañeros.
'El premio ha sido para mí, posiblemente, porque soy el mayor del Luar, no porque sea el mejor', apostilla con humildad, y agrega que 'hay gente que lo hace muy bien, y yo soy uno más'.
'Es un momento muy dulce y agradable, hay que disfrutarlo y seguir trabajando. Yo me acuerdo de todos los compañeros', manifiesta.
Insiste en su creencia de que se reconoce el trabajo de 'todo un equipo enorme de gente' porque un presentador solamente es la cara visible. Con un guiño de ironía, explica que entre ellos se llaman 'muñecos', 'como si fuéramos marionetas, porque de alguna manera siempre hay muchas personas que están controlando la aparición de uno delante de la cámara'.
Xosé Ramón Gayoso se enorgullece de sus años en antena, y rememora antiguos programas, como Lúa Nova o Entre Nós, y el veterano Luar, su ocupación presente, del que habla como un 'servicio público con letras grandes, un servicio público que es el de entretener'.
Este espacio, del que precisa que computa su tiempo en años y no en temporadas, 'lleva 21 años interrumpidos' los viernes, con repeticiones el domingo por la tarde.
Hace hincapié en la conversación en la conveniencia de 'agudizar mucho el ingenio', es lo que siempre toca 'para seguir manteniendo un programa en antena', mantiene, y comenta de él mismo, con sarcasmo, que ha ido 'perdiendo fuerza y juventud' en estas dos décadas, en las que, no obstante, ha ganado experiencia. 'Una cosa suple a la otra', bromea un vital Xosé Ramón Gayoso.
De los seguidores, recalca que 'desgraciadamente para el país pero muy en beneficio nuestro' los espectadores de Luar cada día 'aumentan más, porque cada día llega más gente a la senectud. Los mayores mueren más tarde, por lo que nuestros espectadores cada vez viven más'.
Gayoso afirma que le disgustaría que la estructura de Luar no se mantuviese en el tiempo, aunque llegue a darle 'el toque otro compañero', pero siempre 'con el contenido de la expresión musical de un pueblo, que nos puede gustar más o menos, pero es única en el mundo. No podemos decir que ésta sea la mejor música del mundo, pero sí que es única'.
Consultado por su imagen pública y su rol de personaje popular entre la sociedad gallega, argumenta que él tiene una mujer 'muy inteligente a su lado' y que un día ella le indicó que había algo más que la televisión en el mundo.
'La gente -matiza Gayoso- no conoce al ser humano, conoce a esa persona con la que convive tres horas en la pantalla'.
El presentador de Luar, que no se queda tranquilo hasta que no peina todos y cada uno de sus productos, algo que para él es casi una religión, reitera cada vez que tiene oportunidad la importancia del valor 'del grupo de trabajo' y de los compañeros.
'El premio ha sido para mí, posiblemente, porque soy el mayor del Luar, no porque sea el mejor', apostilla con humildad, y agrega que 'hay gente que lo hace muy bien, y yo soy uno más'.
