Grasas e hidrogenación

Las grasas que ingerimos ejercen importantes funciones corporales, protegiendo órganos, ayudando en la absorción de las vitaminas (A, D, E y K) o formar parte de las membranas celulares. Pero (casi siempre hay un pero…), no todos los tipos de grasas son iguales y os vamos a explicar cuáles existen.

Las grasas saturadas se reconocen porque son sólidas a temperatura ambiente. La inmensa mayoría son de origen animal, encontrándolas en los lácteos o la carne, pero también las podemos encontrar en alimentos de origen vegetal como la palma, el coco o el aceite de cacao. Son grasas que pueden elevar el colesterol malo y con ello el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. En una dieta sana y equilibrada no deberían existir más del 10% de este tipo de grasas.

Por otro lado, tenemos las grasas insaturadas son liquidas a temperatura ambiente y existen más que nada en alimentos de origen vegetal. Son las llamadas grasas buenas, ya que nos ayudan a reducir el colesterol malo (LDL) y aumentan el colesterol bueno (HDL). Protegen el corazón y las arterias, ayudando también al sistema nervioso central. Las insaturadas se dividen también en monoinsaturadas e poliinsaturadas. Las primeras las contienen los aguacates, los frutos secos, los aceites vegetales como el de oliva y cacahuete…las segundas se encuentran también en otros aceites vegetales como girasol y sésamo, y una de las grasas principales de los pescados y los mariscos. Las grasas poliinsaturadas son los aceites omega 3 y omega 6, en su justa medida, fuentes de salud para nuestro organismo.

A pesar de que los aceites vegetales son saludables para nosotros, el problema que tienen es que al ser insaturados, son poco estables y se oxidan (estropean) fácilmente a causa de la luz, la exposición al aire y al calor. Y esto, si hablamos de la industria de los productos que lo que quieren es que duren mucho tiempo y tengan las propiedades organolépticas intactas, es un problema. Por este motivo, aplican o adquieren grasas vegetales que se han sometido a un proceso o reacción química llamada hidrogenación. 

Se trata de introducir moléculas de hidrógeno a los aceites para que por medio de un catalizador y aplicando temperaturas altas a presión, consiguen solidificar las grasas para su mayor durabilidad, para que tengan un aspecto apetitoso, sacien mas, sean más fáciles de cocinar porque aguantan temperaturas altas, y sobre todo, para que sean más baratas. 

La hidrogenación puede ser parcial o total, siendo la parcial la que contiene mayor porcentaje de grasas trans y la completa la que contiene únicamente grasas saturadas. El problema es que las grasas de este tipo aumentan el riesgo de padecer cáncer, enfermedades cardiovasculares y cerebrales o enfermedades metabólicas. 

Debemos fijarnos bien en la etiqueta de los alimentos procesados si contienen algún tipo de grasa vegetal hidrogenada. Aun encima, suelen utilizarse en “alimentos” como la bollería industrial, platos precocinados, galletas, margarinas, golosinas, fast food en general, snack fritos, postres azucarados, masas hojaldradas, chocolates, barritas energéticas…etc.…etc.…etc.

Un sinfín de productos que aun encima de contener grasas nada saludables, contienen grandes cantidades de azúcares u otros almidones, aditivos de todo tipo…con lo que la mejor opción siempre es escoger productos frescos para no tener que elegir las opciones que nos restarían salud y bienestar.

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