La ciudad portuguesa deja atrás su pasado como potencia del textil para centrarse en la cultura

Guimaraes inicia el año de su capitalidad cultural europea

Dos marionetas gigantes, parte del espectáculo de la Fura dels Baus en Guimaraes. (Foto: HUGO DELGADO)
Los movimientos entre el público de dos marionetas gigantes de más de ocho metros de altura al son de la música y de los fuegos artificiales sirvieron a La Fura dels Baus para deslumbrar en Guimaraes, en la primera noche como Capital Europea de la Cultura de la e localidad portuguesa. Guimaraes vibró con el montaje ideado por el grupo catalán, convertido ya en sinónimo de éxito y originalidad, y que fue el protagonista del momento más esperado de la jornada inaugural.
Guimaraes es Capital Europea de la Cultura, tras un largo proceso de reconversión de la ciudad cuyo mejor exponente son las fábricas abandonadas ahora transformadas en espacios culturales de primer orden. La cultura y la creación artística son la esperanza de una población que ha visto cómo su antiguo poder industrial, sobre todo del sector textil, se desvanecía con el paso de los años dejando paro y naves vacías.

Una antigua fábrica de producción de plásticos acogerá próximamente un nuevo museo, una manzana de naves dedicadas al negocio de los curtidos se ha transformado en 'un barrio creativo', y lo que hace años era la sede de una empresa de confección de ropa de niño acoge ahora varios proyectos relacionados con la fotografía y lo audiovisual.


PROCESO DE CAMBIO

Son sólo ejemplos del proceso vivido por Guimaraes, donde cifras oficiales hablan de cerca de 13.000 desempleados -en una ciudad en la que residen 160.000 vimaranenses, como se conoce a sus habitantes-, más de la mitad de ellos mayores de 45 años, lo que complica su regreso al mercado laboral.

Pese a la crisis -especialmente dolorosa en Portugal, uno de los tres países europeos obligados a recurrir por la presión de los mercados a la ayuda externa-, el presupuesto global para este proyecto de Capital Europea de la Cultura asciende a unos cien millones de euros.

Números lejanos, en cualquier caso, a los de otros tiempos. Estos días, medios lusos recordaban el gasto realizado en Oporto en 2001, cuando ostentó el mismo título que ahora disfruta Guimaraes, y que superaba con holgura los 200 millones de euros.

La reducción en presupuesto se debe, en parte, a que desde 2005 el título de capital europea de la cultura la comparten dos ciudades, normalmente de tamaño pequeño o mediano. Este año, la otra elegida es el municipio esloveno de Maribor.

Pero, además, existe un cambio de paradigma. Antes los proyectos iban acompañados de la construcción de edificios arquitectónicamente singulares, mientras que ahora prima el beneficio a medio y largo plazo que puede aportar una experiencia como ésta.

Así lo han destacado una y otra vez desde la organización de Guimaraes 2012, que trabaja para lograr en este año fortalecer el tejido cultural, crear condiciones que favorezcan la instalación de artistas en la región, poner a su disposición espacios para exponer y transmitirles el apoyo de las instituciones locales.

Te puede interesar
Más en Sociedad