Los trabajos arqueológicos en la Cova Eirós descubren pinturas y grabados del arte del paleolítico

Hallan en Lugo los primeros restos rupestres del noroeste

Muestra de un resto de un zarpa de oso encontrada en el yacimiento.  (Foto: ELISEO TRIGO)
Los trabajos arqueológicos desarrollados en la Cova Eirós, en Triacastela (Lugo), propiciaron el descubrimiento de los 'primeros restos de arte parietal paleolítico' del noroeste, en forma 'de pinturas y grabados rupestres'. El resultado de la investigación fue presentado ayer en Triacastela por el conselleiro de Cultura de la Xunta, Jesús Vázquez Abad, acompañado por el rector de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Juan Casares.
'Todavía estamos a la espera de confirmar las sólidas hipótesis presentadas con los resultados de pruebas como las de fecha radiocarbónica', explicó el conselleiro, pero también recordó que 'el excelente nivel científico del equipo multidisciplinar que se ocupa de las intervenciones arqueológicas, permitirá contar con información precisa y fiable'.

Uno de los coordinadores de estas excavaciones, Arturo de Lombera, recordó que 'la principal implicación' de este hallazgo es que se trata 'de la primera cueva en todo el noroeste peninsular' donde se encontraron 'este tipo de manifestaciones' de 'arte rupestre paleolítico', dado que las más próximas están en Asturias y en la zona del Duero.


ESTUDIOS PREVIOS

'Durante la campaña de excavaciones del año pasado encontramos indicios de lo que parecían pinturas y grabados en el interior de la Cova Eirós, por lo que, a lo largo de este año, estuvimos haciendo una serie de estudios para confirmar la presencia de arte rupestre prehistórico'. El investigador confirmó que la campaña de excavaciones continuará este año hasta el día 9 de septiembre, por lo que todavía quedan por delante 'tres semanas' de trabajo, para seguir profundizando en el conocimiento del 'sector de la entrada' y 'en el interior de la cavidad, donde aparecen los grabados', para buscar nuevos 'vestigios arqueológicos relacionados con esas pinturas rupestres'.

Con respecto a los motivos de las pinturas encontradas en la Cova Eirós, el coordinador de las excavaciones reconoció que están muy difuminados, a causa 'del agua', el 'paso del tiempo' o la formación de 'depósitos naturales' de sedimentos que pueden tapar parte de las imágenes.

'Los motivos no son muy evidentes, ni tan característicos como los que estamos acostumbrados a ver en arte rupestre del Cantábrico', aclaró, aunque los arqueólogos de la expedición, en la que participan catorce personas, lograron documentar 'líneas que dibujan motivos figurativos', como segmentos o cabezas de animales.

Los expertos también apreciaron la presencia de elementos 'no figurativos', como 'signos de puntos o grabados reticulados', que también 'aparecen en el arte paleolítico de otras cuevas del Cantábrico'. Las investigaciones que están desarrollando en el entorno de la Cova Eirós arqueólogos de las universidades de Santiago de Compostela y Rovira i Virgili (Tarragona) forman parte del proyecto 'Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno en la cuenca media del Miño'. Desde 2008 se desarrollaron, con la actual, cinco campañas de excavaciones en la cueva, y en la entrada ya se localizaron varios niveles de ocupación del Paleolítico Medio y Superior, con una antigüedad que oscila entre 35.000 y 85.000 años, así como restos de la Edad de Bronce y el medievo.

El director del proyecto es el historiador Ramón Fábregas, mientras que Arturo de Lombera y Xosé Pedro Rodríguez actúan como coordinadores de las investigaciones.

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