El pontífice destacó en el final de su viaje que 'el mundo ha visto unidos a musulmanes y cristianos'

Una histórica misa en Beirut cierra la visita papal al Líbano

Una multitud de fieles recibe al papa a su llegada al muelle de Beirut para la celebración de la misa. (Foto: W. HAMZEH)
El papa Benedicto XVI imploró por la paz en Oriente Medio, en especial por Siria, en una misa que se celebró al aire libre en el muelle de Beirut ante centenares de miles de personas, en la última jornada de su visita a Líbano.
El santo padre, vestido con una sotana verde, llegó al puerto en el papamóvil, con una de las ventanillas semiabierta, desde donde saludó a los fieles congregados a lo largo de su recorrido. A su llegada, Joseph Ratzinger subió al altar blanco en forma de cedro -árbol que simboliza al Líbano- instalado en el muelle, mientras sonaba el himno 'Cómo amo tu misericordia', en lengua siriaca, empleada en los rituales maronitas (cristiano de Oriente).

'Ojalá los hombres comprendan que todos somos hermanos -dijo el papa-. María, que es nuestra madre, comprende nuestra preocupación y nuestras necesidades. Con los patriarcas y obispos presentes, pongo a Oriente Medio bajo su protección maternal'. Asimismo, expresó su esperanza de que con la ayuda de Dios se pueda trabajar con ardor en el establecimiento de la paz, 'necesaria para una vida armoniosa entre hermanos, cualesquiera que sean los orígenes y las convicciones religiosas'.

Uno de los momentos más importantes del oficio religioso fue la entrega por parte del sumo pontífice a los prelados de la región de la Exhortación Postsinodal (documento final) del Sínodo de Obispos para Oriente Medio, celebrado en 2010, que marca las directrices para las iglesias de la zona en los próximos años. Ese documento, que fue firmado por el papa el viernes pasado en la sede del Patriarcado maronita en Harissa, al norte de Beirut, recoge las propuestas aprobadas por los obispos en el sínodo, donde rechazaron que se recurra a la Biblia para justificar las 'injusticias' y abogaron para que Palestina tenga un Estado propio.

Además, en ese encuentro, en el que participaron 185 prelados, se hizo un llamamiento a la comunidad internacional y a los países de Oriente Medio para que no cejen en la búsqueda de la paz en la zona, un logro que el papa aseguró en su día que es 'posible y urgente'.


POR LA UNIDAD

El acto, que duró unas tres horas, fue seguido por una multitud de creyentes, llegados de todos los rincones de Oriente Medio, y a los que no disuadieron las altas temperaturas que reinaban en la capital.

En la última jornada de su histórica visita al Líbano, la primera a este país en sus siete años de pontificado, el papa se reunió en Beirut con los líderes religiosos de las comunidades cristianas de Oriente Medio, a los que instó a trabajar por la unidad, como Jesucristo deseaba.

Joseph Ratzinger se congratuló por la diversidad del Líbano -donde conviven cristianos, suníes, chiíes y drusos- y expresó su esperanza de que 'sus ciudadanos continúen viviendo en armonía para que haya un mundo mejor'.

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