El enviado del papa Francisco al acto de Tarragona asegura que 'nada justifica una guerra fratricida'

La Iglesia 'no busca culpables' tras beatificar a 522 mártires

Miles de fieles asistieron ayer a la beatificación en Tarragona. (Foto: JAUME SELLART)
La Iglesia católica beatificó ayer, en un multitudinario acto en Tarragona, a 522 religiosos asesinados en la Guerra Civil, en una ceremonia en la que el papa Francisco animó, con un mensaje grabado, a salir de egoísmos y perezas y buscar la hermandad siendo cristianos 'con obras y no de palabra'.
Acompañado de la polémica de los que durante la última semana acusaron a la Iglesia de volver a 'tiempos del franquismo', el acto contó con la asistencia de más de 20.000 personas, entre ellas 105 obispos, 1.386 sacerdotes, 2.720 religiosos y casi 4.000 familiares de los mártires. El prefecto de la Congregación por las Causas de los Santos, el cardenal Ángelo Amato, presidió la eucaristía de beatificación, la más masiva en la historia de la Iglesia en España y en la que se prohibieron banderas y pancartas. Amato recordó que la beatificación 'no busca culpables', incidió en que el perdón es 'la esencia del cristianismo' y dijo que nada justifica una 'guerra fratricida ni la muerte del prójimo'.

En una breve alocución grabada de tres minutos, el papa Francisco se sumó a la celebración con un mensaje en el que pidió imitar a los mártires porque 'siempre hay que morir un poco para salir de nosotros mismos, de nuestro egoísmo, de nuestro bienestar, de nuestras perezas'. El pontífice, que no ha hecho ninguna referencia al papel de la Iglesia en el franquismo, ha concluido su mensaje haciendo un llamamiento ser 'artífices de hermandad y solidaridad'.


'TIERRA BENDECIDA'

Su enviado especial, el cardenal Amato señaló en su homilía que 'España es una tierra bendecida por la sangre de los mártires'. Amato subrayó que los 522 beatificados ayer no son víctimas de la Guerra Civil, sino de 'una radical persecución religiosa, que se proponía el exterminio programado de la Iglesia' y tachó los años 30 de 'periodo oscuro de la hostilidad anticatólica'. 'Vuestra noble nación fue envuelta en la niebla diabólica de una ideología, que anuló a millares y millares de ciudadanos pacíficos, incendiando iglesias y símbolos religiosos, cerrando conventos y escuelas católicas, destruyendo parte de vuestro precioso patrimonio artístico', criticó.

Con el acto de ayer ya son 1.523 los mártires beatificados del siglo XX en España, de los que 11 ya han sido canonizados. La edad media de los mártires beatificados ayer es de 43,59 años y 131 de ellos tenían 30 años o menos en el momento de ser asesinados. El más joven tenía 18 años, el carmelita José Sánchez Rodríguez, y la más anciana, con 86 años, era la monja Aurora López González. Entre los beatificados hay sacerdotes diocesanos y monjes de casi todas las congregaciones, entre ellos una veintena de monjes benedictinos de Montserrat, cuya Escolanía ha amenizado la eucaristía con canciones religiosas.

Del total de mártires beatificados ayer, 515 son españoles y 7 extranjeros (3 franceses, 1 cubano, 1 colombiano, 1 filipino y 1 portugués) y, por condición eclesial, 88 eran sacerdotes diocesanos (3 obispos, 82 sacerdotes y 3 seminaristas); 15 eran Hermanos Sacerdotes Operarios Diocesanos; 412 eran religiosos consagrados de diferentes órdenes; y 7 eran laicos.

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