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Importancia de la vitamina K en la salud del adulto mayor

Las recetas y preparaciones con acelgas aportan buena parte de vitamina K a la dieta.
photo_camera Las recetas y preparaciones con acelgas aportan buena parte de vitamina K a la dieta.

La vitamina K es un micronutriente soluble en grasa. Se encuentra en 3 formas conocidas filoquinona, menaquinona y menadiona, K1, K2 y K3 respectivamente. 

La vitamina K1 formada en los vegetales es la principal fuente de vitamina K en la dieta. 

Las hortalizas de hoja y especialmente las de color verde intenso, así como algunos aceites, son los alimentos que más la contienen. La vitamina K2 es sintetizada por bacterias y está presente principalmente en carnes y en alimentos fermentados. 

Los valores de ingesta adecuada de esta vitamina para todas las edades y grupos de población están establecidos en 70 microgramos al día (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria). No obstante, la ingesta dietética de referencia para las personas mayores de 60 años es un poco más elevada, 90 microgramos/día para las mujeres y 80 microgramos/día para los hombres. (AESAN: Agencia Española de seguridad alimentaria y Nutrición)

El aporte dietético de vitamina K es muy importante para el mantenimiento de la salud de todas las personas en general, aunque muy especialmente en las personas mayores. La presencia de esta vitamina en la dieta del adulto mayor es clave debido al efecto potencial que ella ejerce sobre los procesos relacionados al envejecimiento. 

La evidencia más reciente destaca la contribución de este micronutriente en el metabolismo del sistema nervioso central, lo que sugiere la posibilidad de que una deficiencia de vitamina K pueda estar asociada al deterioro cognitivo (pérdida de memoria, concentración). Se sabe que las diferentes formas de vitamina K interaccionan con proteínas implicadas en los procesos fisiológicos de coagulación, metabolismo de los huesos y vascular. 

La principal fuente dietética de vitamina K son con diferencia las hortalizas (acelgas, espinacas, coles, lechuga, judías verdes). Otros grupos de alimentos como los aceites (aceite de oliva, aceite de girasol), las frutas y las legumbres (garbanzos con espinacas, por ejemplo) también contribuyen con vitamina K a la dieta.


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