La incorporación de la mujer al mercado de trabajo no repercute negativamente en el cuidado de los menores, ya que las madres suelen compensarlo con un aumento en el tiempo de dedicación a actividades de cuidado de calidad, según un informe de la Fundación Alternativas.
El informe analiza el tiempo que dedican los padres españoles a sus hijos menores de 10 años basado en una muestra de 3.692 padres y el mismo número de madres, extraída de la Encuesta de Empleo del Tiempo (2002-2003).
Destaca la relación entre el tiempo de dedicación de los padres al cuidado de sus hijos y su desarrollo cognitivo en una edad temprana y expone que la cantidad y la calidad de este tiempo está desigualmente distribuida según las características sociales de las familias, teniendo en cuenta el nivel educativo y clase ocupacional de los progenitores.
Las parejas en las que ambos padres tienen estudios universitarios dedican más tiempo a los cuidados de estimulación intelectual, señala.
Otra de las conclusiones es que las jornadas laborales superiores a las 45 horas semanales, las jornadas partidas y sin flexibilidad horaria, así como la ubicación en ciertos grupos ocupacionales (trabajadores autónomos no cualificados) están asociadas a menor tiempo de dedicación y, especialmente, a menor tiempo de calidad para interactuar, aprender y compartir espacios de ocio con sus hijos.
Del análisis de los datos de la encuesta, concluye que mayoritariamente la crianza de los niños es asumida por las madres, ya que estas dedican de media 7,6 horas diarias al cuidado de sus hijos, mientras que los padres dedican 4,5 horas diarias.
El principal reto que plantea este trabajo a los agentes políticos es evitar la transmisión de las desigualdades sociales de padres a hijos que se generan desde la infancia.
Aconseja que las intervenciones públicas compensen las carencias en los cuidados recibidos por los menores, sobre todo de las familias más desfavorecidas por su posición laboral o educativa, mediante políticas sociales, y que se fomente la igualdad de oportunidades de la infancia favoreciendo el tiempo de los padres para cuidar y educar a sus hijos.
Destaca la relación entre el tiempo de dedicación de los padres al cuidado de sus hijos y su desarrollo cognitivo en una edad temprana y expone que la cantidad y la calidad de este tiempo está desigualmente distribuida según las características sociales de las familias, teniendo en cuenta el nivel educativo y clase ocupacional de los progenitores.
Las parejas en las que ambos padres tienen estudios universitarios dedican más tiempo a los cuidados de estimulación intelectual, señala.
Otra de las conclusiones es que las jornadas laborales superiores a las 45 horas semanales, las jornadas partidas y sin flexibilidad horaria, así como la ubicación en ciertos grupos ocupacionales (trabajadores autónomos no cualificados) están asociadas a menor tiempo de dedicación y, especialmente, a menor tiempo de calidad para interactuar, aprender y compartir espacios de ocio con sus hijos.
Del análisis de los datos de la encuesta, concluye que mayoritariamente la crianza de los niños es asumida por las madres, ya que estas dedican de media 7,6 horas diarias al cuidado de sus hijos, mientras que los padres dedican 4,5 horas diarias.
El principal reto que plantea este trabajo a los agentes políticos es evitar la transmisión de las desigualdades sociales de padres a hijos que se generan desde la infancia.
Aconseja que las intervenciones públicas compensen las carencias en los cuidados recibidos por los menores, sobre todo de las familias más desfavorecidas por su posición laboral o educativa, mediante políticas sociales, y que se fomente la igualdad de oportunidades de la infancia favoreciendo el tiempo de los padres para cuidar y educar a sus hijos.
