Numerosas personas trabajan durante el verano como voluntarias para distintas organizaciones

Los jóvenes españoles eligen ser solidarios en sus vacaciones

Los escolares participantes en Madrid Rumbo al Sur se despedían ayer de sus familiares. (Foto: JUAN CARLOS HIDALGO)
Son muchos los jóvenes españoles que optan por dedicar sus vacaciones a ayudar a los más necesitados. Distintas ONG españolas ofertan cada año plazas para viajar a países en desarrollo como voluntario, que cubren personas con ganas de echar una mano y que portan como único equipaje su solidaridad.
Lucila Bergareche, trabajadora de la ONG Sed, viajó este verano hasta la localidad keniana de Barpello, para colaborar como voluntaria durante cinco semanas en uno de los proyectos de esta organización. 'Es algo que me llena mucho', aseguraba la joven, quien ayudó junto a otros tres voluntarios en un colegio al que acuden los niños de esta localidad. En años anteriores fue voluntaria en Perú, Mozambique y Burkina Faso. Bergareche señala que 'vas a trabajar, haces muchas cosas pero al mismo tiempo compartes con los demás. Yo necesitaba la experiencia, estaba un poco saturada de Madrid y del terremoto de la vida cotidiana'.

Si bien ella tiene empleo en la actualidad, dos de los compañeros con los que viajó hasta Barpello se encuentran en paro, lo que le lleva a considerar que la crisis no impide que aquellos que quieran desempeñar su labor como voluntarios fuera de las fronteras españolas lo hagan. 'Ahorras y te quitas de cosas para poder ir', apostillaba Bergareche.

A pesar de la crisis económica y de que cada voluntario tiene que costear sus gastos de viaje y manutención, algunas organizaciones aseguran que no ha disminuido la demanda y, en algunos casos, incluso se ha duplicado el número de plazas. Es el caso de Ayuda en Acción que, según explica la coordinadora del programa 'Voluntariado a Terreno', Eztizen Gregorio, enviará este verano aproximadamente a 110 voluntarios a los más de 70 proyectos que tiene en Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay y Etiopía. 'Sorprendentemente no ha afectado de manera negativa como podíamos esperar. Ha habido muchísima gente que se ha interesado por las propuestas que ofrecemos', constataba Gregorio.

El precio final del viaje depende del país de destino del voluntario ya que no es lo mismo, por ejemplo, viajar a Etiopía, donde los billetes de avión pueden costar en torno a los 600 euros que a Ecuador, donde los vuelos cuestan cerca de 1.200 euros. A eso se sumaría la manutención, que oscila, apuntaba Gregorio, entre los 7 y los 25 dólares diarios (de 5 a 18 euros).

Las organizaciones también ofrecen facilidades de pago. Es el caso por ejemplo de Sed, que adelanta el importe de los billetes para que los voluntarios pueden pagarlos a plazos, entre otras iniciativas. Sed tiene proyectos en distintos países de África, Latinoamérica y Europa del este. Así lo afirmaba Lucía Muñoz, trabajadora en la Delegación Mediterráneo Sur.

Muñoz, además de ser trabajadora social en la ONG, ha viajado durante sus vacaciones y varias veces como voluntaria en distintos proyectos, entre los que destaca el que se desarrolla en el municipio boliviano de Comarapa, para ayudar a los más pequeños de la población. Ya está preparando su próximo viaje a Bolivia, que será de un año, porque menos tiempo, señalaba, 'se te queda un poco corto'.

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