Juan Tomate, un huerto urbano solidario para facilitar la reinserción social

El albergue de Santa María de la Paz, situado en el barrio madrileño de Sanchinarro, ha creado un huerto ecológico que se incluye entre las actividades diarias en las que pueden participar las personas en riesgo de exclusión social

El albergue de Santa María de la Paz, situado en el barrio madrileño de Sanchinarro, ha creado un huerto ecológico que se incluye entre las actividades diarias en las que pueden participar las personas en riesgo de exclusión social, a las que atienden para favorecer su reinserción.

"Nuestro objetivo es involucrar a nuestros residentes en un trabajo digno y darles una labor para que se olviden de los problemas que tienen en su día a día", ha explicado a Efe la voluntaria Piluca los Santos, que lleva más de dos años colaborando en este centro.

El proyecto está impulsado por los propios indigentes que son atendidos en el albergue, que pertenece a la orden de los hermanos de San Juan de Dios, y cuenta con una financiación inicial de 8.000 euros destinados a la compra del material, semillas y sustratos para la tierra, aportados por las líneas de acción social prioritarias de Bankia.

Las tareas de acondicionamiento y limpieza del solar empleado para instalar el huerto comenzaron a principios de año, "con el trabajo de muchos voluntarios", aunque no fue hasta hace cinco meses cuando se inició la siembra de los cultivos.

En este "jardín comestible" los voluntarios ya han recolectado la primera cosecha de cebollas, pepinos, ajos, puerros, lechugas y zanahorias, entre otros vegetales.

Según la organización del centro, se optó por plantar un huerto ecológico porque "requiere menos gastos de consumo y de mantenimiento" y, además, en él se plantan "productos saludables para cuidar el corazón de esta gente".

Ramón Fernández, uno de los beneficiados por este proyecto, ha asegurado que dedica varias horas al día al huerto, una actividad que "es gratificante" porque trabajar en equipo y compartir con sus compañeros "es algo que se olvida cuando estás en la calle".

Fernández era inspector de una empresa de seguridad, donde ya no trabaja. "Por circunstancias, me vi en la calle... Ahora tengo todo el día ocupado: de mañana trabajo en el huerto y por la tarde hago teatro", ha añadido.

Victoriano Castellano, otro de los trabajadores voluntarios del huerto, ha afirmado que esta iniciativa le sirve "como una terapia psicológica" porque le permite conectar con otras personas que están en su misma situación.

Castellano ha declarado que él tiene nociones de jardinería, al igual que otros muchos hortelanos urbanos de Juan Tomate, por lo que "este proyecto fue algo como caído del cielo".

Los Santos ha reconocido que les queda mucho por hacer todavía y que tienen la "necesidad de construir un invernadero para que las personas que no pueden agacharse a trabajar la tierra puedan colaborar también en este huerto".

Con la intención de obtener más financiación solidaria e incrementar la inscripción de voluntarios, la asociación ha creado la página web www.juantomate.com.

Además, tras el éxito de esta iniciativa se está planificando una segunda fase para el proyecto, en la que se ofrecerá en alquiler una serie de parcelas de unos 20 metros cuadrados, con la posibilidad de que los voluntarios del huerto trabajen como sus cuidadores.

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