Además de los robos de sus producciones, también se ven afectados por los numerosos destrozos

Los ladrones se ensañan con los agricultores en plena crisis

Con el inicio de la recogida de cítricos, los hurtos son 'más descarados y espectaculares'. (Foto: ARCHIVO)
Cada día más indignados y preocupados, los agricultores se sienten triplemente castigados por los bajos precios, la crisis económica y la oleada de robos que sufren en sus casas y fincas, en ocasiones con métodos violentos. Así lo constataron productores de varias regiones, quienes reclamaron insistentemente el endurecimiento del Código Penal y un riguroso control en los posibles puntos de venta del material robado.
Explicaron, por ejemplo, que el metal acaba en chatarrerías y que las verduras sustraídas recalan en mercados o puestos callejeros ilegales, pese a que no siempre son aptas para el consumo por haber sido robadas cuando se aplicaron fitosanitarios en el campo. Los agricultores ven sospechoso que frutas tempranas lleguen a los mercadillos cuando las empresas agrícolas sólo las exportan -dada su escasa producción y elevada cotización-, por lo que piden la colaboración de los policías locales para controlar las plazas.

Las pérdidas que sufren son más importantes cuando arrancan campañas como la fresa, la naranja o la aceituna, mientras que durante todo el año se sustraen cercados, aperos, maquinaria, cobre, carburantes, motores y otros mecanismos de los sistemas de riego. Ignacio Arias (Medina del Campo, Valladolid) sufrió cuatro robos, en los que sustrajeron hasta 2.700 litros de gasóleo agrícola y provocaron destrozos por 3.000 euros.

Según explicó, en la zona atracaron medio centenar de casetas de riego desde marzo, y robaron combustible, aperos, baterías, cables de cobre y maquinaria de riego sin que la Guardia Civil -con implicación, pero sin medios, a su juicio- haya podido atajar el problema.


TAMBIÉN JOYAS Y DINERO

'En una sola noche se llevaron 10.000 litros de gasóleo' en esta comarca, lo que da muestras de que son ladrones con 'contactos' para poder comercializarlo después, explicó Arias.

Verónica Martos es una agricultora gallega que rememora que de mayo a julio hubo unos 26 robos en la zona limítrofe con Lugo, tanto en huertas como de joyas y dinero de las casas rurales. A un joven de Bazar 'casi lo ahogan' cuando regresó a su casa tras las fiestas locales y se topó con los ladrones, recordó. Galicia -con poblaciones muy diseminadas, cuarteles de la Guardia Civil que se cerraron y casas de una planta sin medidas de seguridad, según describió- está más expuesta a bandas organizadas o a delincuentes acuciados por la crisis.

Estos días, con el inicio de la recogida de cítricos, los hurtos son 'más descarados y espectaculares' que nunca en la Comunidad Valenciana, con fincas enteras de clementinas tempranas en las que roban en apenas unas horas, denuncia Cristóbal Aguado. Los agricultores 'estamos desesperados', comenta; hace unos años los ladrones se llevaban unas cajas en furgoneta, 'pero ahora se ven grupos que recurren a camiones para el transporte'.

Aguado detalló que los destrozos en los equipos de riego son tan reiterados que muchos agricultores optaron incluso por no reparar más sus motores y abandonan las explotaciones en un momento de falta de rentabilidad por los bajos precios agrícolas, con la consiguiente pérdida de actividad, tejido económico y empleo.

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