Leche A2 y sus misterios

En mi casa, cuando era pequeño, se consumía mucha leche. Unos más que otros, pero yo me levantaba a la mañana y me tomaba mi tazón, y antes de acostarme, otro tanto para el buche. Se compraba un único formato, entera, y de la marca pues que saliera más barata, supongo. A nadie nos sentaba mal y era un alimento más en nuestra dieta. ¿Y si se hacía un postre? Pues nata para montar. 

Ahora, como diría mi padre, “cambiouche o conto”. Soy un comprador activo, y cuando toca reponer los lácteos en mi casa, es una pequeña odisea. Para mí leche entera, para mi mujer y uno de mis hijos, de avena, y para el más pequeño de la casa, por ahora, sin lactosa. Pero no puedes coger cualquiera de avena, hay que coger la que está enriquecida en calcio y vitamina D y que no tenga azúcares añadidos. Y la sin lactosa, debería ser entera. Con los yogures pasa un poco lo mismo. Para mí cojo los de vainilla, que son los que me gustan de una marca gallega (para los pocos que tomo…). Después, naturales enteros, de coco 100%, de avena sin azucares añadidos y sin lactosa, enteros. Medio sueldo al mes en leches y bebidas vegetales, quesos al corte, yogures y lácteos varios. 

Y porque son los que tomamos en casa, pero el abanico se abre a las bebidas vegetales de coco, de almendras, de soja, de avellanas, kéfir…y hace poco me encontré con una novedad, la leche A2. Tocaba investigar. 

Para llegar al meollo del asunto, debemos dar información sobre las alergias y las intolerancias para con los lácteos. Escucho a veces conceptos que no son del todo correctos, y hay que saber identificar entre alergia e intolerancia. 

La alergia alimentaria nada tiene que ver con la intolerancia, puesto que en la primera está implicado el sistema inmunitario. Las defensas de nuestro cuerpo reaccionan de forma explosiva cuando detectan sustancias extrañas, y cuando se tratan de los alimentos, por norma general, se trata de una o varias proteínas. Hay un porcentaje de la población (2%) con alergia a las proteínas de la leche y pueden provocarles, si entran en contacto con ellas, un shock anafiláctico. 

Por otro lado, tenemos a la intolerancia. En este caso no interviene el sistema inmune, y la que provoca esta intolerancia es el azúcar de la leche, la lactosa. Mi cuerpo, cuando la leche llega a los intestinos, estos producen lactasa, una enzima que corta la lactosa en dos para convertirla en azúcares más simples, los cuales digiero sin problema. Pero una persona que es intolerante a la lactosa es porque su cuerpo no produce suficiente lactasa y la lactosa, al permanecer en el intestino, fermenta gracias a la microbiota, generando gases, dolor abdominal y diarrea. 

¿Qué le pasa a la leche sin lactosa que nos venden?, pues le añaden lactasa para que los intolerantes puedan digerir la leche sin problemas.

Habiendo aclarado conceptos, ¿Qué es entonces la leche A2? Pues es una leche que supuestamente está indicada para las personas a las que no le sienta bien la leche, sin alergias ni intolerancias diagnosticadas. 

Ahora agarraros bien al asiento que voy a remover mis neuronas…En la leche hay un porcentaje de diferentes proteínas, que en mayor medida es la caseína. Existiendo 4 tipos de caseína y la que toma mayor interés por proporción es la beta caseína, que se subdivide en A1 y A2. Hay vacas que producen más leche con A1, otras con A2, y otras tantas con una mezcla de las dos. Lo curioso, es que unos científicos a finales del siglo XX encontraron correlaciones entre el consumo de la A1 y ciertas enfermedades cardiovasculares o la diabetes. Casi todos los estudios e investigaciones no encontraron una causa-efecto entre esta proteína y esas enfermedades, pero sí que se ha determinado que la composición química de la A1 es más propensa a retrasar el tránsito intestinal, provocar procesos inflamatorios y molestias gastrointestinales en personas sensibles.

La empresa A2 corporation, fundada en nueva Zelanda, comenzó a vender test genéticos para determinar si la producción de las vacas era A1 o A2 y en que proporción. 

Conclusión, a las personas a las que le siente mal la leche, sin alergias ni intolerancias, puede encontrar en este formato, una solución a sus problemas. Si no pueden pasarse a la de soja, almendra, avellana, avena, coco…

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