Encerrado en la cárcel para hombres del condado de Los Ángeles, el médico Conrad Murray espera que comience la semana para poner en orden su vida tras cumplir su condena por el homicidio de Michael Jackson, un crimen que nunca reconoció y que le perseguirá siempre.
Está previsto que el médico salga a la calle este lunes 28 de octubre, fecha estimada por las autoridades penitenciarias, cuando recobrará su libertad sin condiciones ni supervisión alguna. 'Será completamente libre', aseguró ayer su abogada Valerie Wass.
Murray, de 60 años, sabe lo que quiere hacer y aún no ha dicho su última palabra sobre el trágico final del 'rey del pop', pero mantiene por el momento sus planes en secreto. Wass recordó que aunque su cliente fue sentenciado a cuatro años de prisión por negligencia en la muerte del cantante el el 25 de julio de 2009 por una sobredosis de anestésicos, se aplicó en su caso la nueva ley penitenciaria californiana que entró en vigor en octubre de 2011
Esa normativa autorizó a que reclusos no peligrosos pudieran estar en cárceles del condado y que los prisioneros descontaran por cada día de buena conducta, un día más de condena, de tal forma que los cuatro años de pena en la práctica se quedan en la mitad. 'Todas las evidencias apoyan además el testimonio del doctor de que él no le aplicó la dosis mortal', dijo Wass.
Murray, de 60 años, sabe lo que quiere hacer y aún no ha dicho su última palabra sobre el trágico final del 'rey del pop', pero mantiene por el momento sus planes en secreto. Wass recordó que aunque su cliente fue sentenciado a cuatro años de prisión por negligencia en la muerte del cantante el el 25 de julio de 2009 por una sobredosis de anestésicos, se aplicó en su caso la nueva ley penitenciaria californiana que entró en vigor en octubre de 2011
Esa normativa autorizó a que reclusos no peligrosos pudieran estar en cárceles del condado y que los prisioneros descontaran por cada día de buena conducta, un día más de condena, de tal forma que los cuatro años de pena en la práctica se quedan en la mitad. 'Todas las evidencias apoyan además el testimonio del doctor de que él no le aplicó la dosis mortal', dijo Wass.
