Una nueva ley impulsará que los menores de seis años en desamparo no ingresen en centros

Menores acogidos: la familia se impone a las residencias

Una trabajadora de Cruz Roja atiende a un niño en acogida. (Foto: ARCHIVO)
El acogimiento del menor en una familia ha cobrado fuerza durante los últimos años en España y se impone frente a la opción tradicional de la residencia, que los expertos consideran obsoleta y que desaconsejan con razones psicológicas y sociales. Esa realidad que se está imponiendo durante los últimos años (unos 15.000 menores están internados en centros frente a los casi 22.000 que están acogidos en familias) es también, además de para los expertos, la alternativa por la que están apostando las administraciones públicas y las asociaciones especializadas en el acogimiento de menores.
Así, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad puso sobre la mesa el anteproyecto de Ley de Protección del Menor, que pretende evitar que los menores de seis años en situación de desamparo ingresen en centros de protección y que facilitará y agilizará los trámites para que sean acogidos por familias, lo que aporta a los niños más estabilidad.

Carlos encontró hace 8 años una de estas familias, cuando él tenía cinco años y su madre de acogida 41, y sus 'hermanos' 9 y 11 años; los encontró además cuando ellos también le buscaban, pues estaban 'deseando que formase parte de su familia', cuenta la madre de acogida de Carlos, Teresa. Carlos llevaba 3 años viviendo en una residencia de acogida, en la que tenía multitud de amigos, pero que nada tenía que ver con una familia. 'Yo ya tenía muchas ganas de tener una familia, porque no es lo mismo que tener amigos', recuerda Carlos.


FIGURA DE APEGO

Como Carlos, son miles de niños los que viven acogidos en familias y miles más los que esperan encontrarla. Según Juan Carlos Mato, director general de Política Social, de las Familias y de la Infancia del Ministerio de Sanidad, en 2009 (últimos datos disponibles) existían en España 14.857 niños en residencias de acogida y 21.831 en familias. 'La familia atiende al niño con más continuidad y supone una estabilidad mucho mayor para él', explica Jorge Fernández, profesor de psicología social de la Universidad de Oviedo y director del Grupo de Investigación en Familia e Infancia de esta universidad.

Un niño necesita por naturaleza una figura de apego con la que crear un vínculo sólido que luego determinará su desarrollo afectivo, social, su confianza en sí mismo y en los demás, subrayó Jorge Fernández, para quien resulta difícil forjar este vínculo en un centro en el que el menor está atendido por multitud de profesionales, que rotan en sus horas de trabajo y turnos de vacaciones. 'Un niño que vive en un centro puede conocer a lo largo de su estancia allí a casi diez educadores distintos', observa este especialista.

Es en los primeros años de vida cuando se crea este vínculo con la figura de apego y, por eso, la nueva legislación establece que los menores de 3 años siempre, y los menores de 6 prioritariamente, serán acogidos en familia. Pero el proceso de cambio no es sencillo; Juan Carlos Mato asegura que éste es un paso importante porque traza un objetivo concreto hacia el que trabajar, pero para que esto sea posible, precisa, es necesario que haya familias dispuestas a acoger.

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