Los cocineros las ansían y la crítica gastronómica arremete contra la 'cicatería' en España de una guía que se defiende así: 'No somos críticos, no estamos sujetos a tendencias y no tenemos otros compromisos'.

Michelín, estrellas con sombras

Fernando Rubiato, responsable de la Guía Michelín en España
Año tras año, el reparto de estrellas Michelín no deja indiferente a nadie, los cocineros las ansían y la crítica gastronómica arremete contra la 'cicatería' en España de una guía que se defiende así: 'No somos críticos, no estamos sujetos a tendencias y no tenemos otros compromisos'. El pasado 24 de noviembre, Michelín repartía en España 16 nuevas estrellas, pero retiraba 17. 'No son vitalicias, se ganan cada año y todos los años damos estrellas nuevas, no somos cicateros en ese sentido', afirmó el máximo responsable de la guía francesa en España, Fernando Rubiato.
'¿Que podría haber más? Siempre es discutible, no digo que no, pero todos los restaurantes fueron visitados y la decisión que se toma fue consensuada', precisa Rubiato, quien destacó a una generación de cocineros, la de Paco Roncero, Ramón Freixa o Sergi Arola, que viene 'pisando fuerte', o lo que es lo mismo, potenciales triestrellados. También en esa liga juegan Quique Dacosta y Andoni Adúriz (Mugaritz), dos eternos candidatos a los tres 'brillos' a los que Michelín lleva varios años dejando a las puertas del Olimpo, algo para muchos inexplicable. 'Todos los profesionales que quieren hablar con nosotros lo hacen. Les informamos de cuándo fuimos a su restaurante y por qué decidimos no dar la tercera estrella', precisa Rubiato, quien revela las 'grandes discusiones internas' que se dan en sus reuniones cuando se ponen sobre la mesa estos dos casos concretos.

Otro de los asuntos espinosos de este año fue la retirada de la tercera estrella al restaurante Can Fabes tras la muerte del cocinero Santi Santamaría, una decisión que Rubiato califica de 'especialmente difícil, porque había una buena relación de muchos años y además de ser un grandísimo profesional, era un amigo'. 'Creemos que Xavi Pellicer -actual responsable de la cocina del restaurante catalán- lo hará genial y dentro de un tiempo volverán a estar en el lugar de donde nunca debieron bajar', predice.


MÁS FACTURACIÓN

Y es que esas tres estrellas Michelín no sólo son la condecoración más preciada para un chef, sino que suponen aumentos de facturación de más del 50% en muchos casos. Una de las decisiones más esperadas es que Michelín 'dé' a Madrid un tres estrellas, ya que hace años que la capital no cuenta con un restaurante con la máxima distinción de la guía, aunque es la ciudad española con más locales de dos estrellas. 'Yo creo que (ocurrirá) pronto, hay cocineros que lo están haciendo muy bien desde hace tiempo', reveló.

A la hora de hablar de criterios, regularidad es la palabra que más se repite en boca de los responsables de la guía, junto con la insistencia en que a la hora de decidir, se visita un restaurante 'las veces que sea preciso', hasta en 16 ocasiones en algún caso. Es esa regularidad lo que más valoran los doce inspectores anónimos de Michelín en España, que recorren cada año unos 30.000 kilómetros para elaborar la publicación y 'siempre abonan la factura'. Un dato curioso: su peso medio es de 70 kilos y son casi todo hombres.

También se tiene en cuenta el producto, las cocciones, la intensidad de sabores, la construcción de los platos y la relación calidad-precio, especialmente en tiempos de crisis en que 'algunos míticos cerraron' y otros tratan de adaptar su oferta. Michelín no tolera, por ejemplo, 'que te cobren por una lubina salvaje y te la den de piscifactoría'. Porque al final, se trata de proveer de una información lo más rigurosa posible a un viajero, el español, que 'cada vez es más exigente y va más informado', apunta Rubiato.

Cada año se venden unos 100.000 ejemplares de esta guía en cuya edición del próximo 2012 Michelín invirtió más de un millón de euros.

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