MÚSICA

Muddy Waters: blues cenagoso para el padre del rock

En la galería de grandes revolucionarios, con frecuencia se obvia al más grande y más revolucionario de los músicos de blues de la historia, el bluesman que llevó ese lenguaje, ese sentimiento, esa cultura, esa forma de vida a una nueva dimensión electrificándolo

Cuando en el mundo del arte y de la cultura se habla de auténticos revolucionarios, de genios que trascendieron su época, que reinventaron por completo la disciplina a la que se dedicasen y abrieron un horizonte nuevo e infinito de evolución a aquello que cultivaban, a todos nos pueden venir de inmediato ejemplos muy evidentes a la cabeza: Edgar Allan Poe, Baudelaire y Walt Whitman en la poesía, Sergei Eisenstein en el cine, Chéjov o Artaud en el teatro, Cortázar y García Márquez en la narrativa, Picasso en la pintura, Miles Davis en el jazz o hasta Bob Dylan en el folk. 

Pero en esta galería de grandes revolucionarios, con frecuencia se obvia al más grande y más revolucionario de los músicos de blues de la historia, el bluesman que llevó ese lenguaje, ese sentimiento, esa cultura, esa forma de vida a una nueva dimensión electrificándolo y transformándolo en la fuente de inspiración máxima del rock: El grande, inmenso, único Muddy Waters. El más grande músico de blues de la historia, del que mañana, dia 30 de abril, se cumplirán 35 años de su triste fallecimiento. 

Se acepta comunmente que Muddy Waters fue inscrito en el registro civil del condado de Issaquena, Mississippi, con el nombre de McKinley Morganfield el 4 de abril de 1913, hijo de un trabajador del campo muy pobre, que ante la imposibilidad de poder mantenerle, tras la muerte de su madre en 1918, lo envió con su abuela para que ella lo criase. De esos años de infancia con su abuela vino el apodo de “Muddy Waters” (aguas embarradas) porque le encantanba pescar y jugar en una zona de ciénagas y pantanos fangosos cercanos a la cabaña donde vivía con su abuela. 

Aprendió, tras noches y noches de escuchar a los trabajadores del campo cantar y tocar los primigenios blues a tocar la armónica y ya de adolescente, dirigió una banda que tocaba con frecuencia en clubes del delta del Mississippi. Según contaría años más tarde en algunas entrevistas, en aquellos comienzos su influencia fundamental y el modelo en el que más se fijó fue el bluesman local Son House. A los 17 años, Waters comenzó a tocar la guitarra estudiando los discos de Robert Johnson, en 1940 viajó a San Luis y en 1941 se hizo un conocido y reputado cantante, guitarrista y armonicista en todo el área del Mississippi, hasta el punto de que en esos mismos años, los historiadores e investigadores de fenómenos de la cultura popular Alan Lomax y John Work grabaron a Muddy Waters en Mississippi para los archivos de la Biblioteca del Congreso.

Sin duda nuestro hombre pronto tuvo la intuición de que podía desarrollar una carrera que le hiciera un músico conocido a nivel nacional y para ello, tomó la decisión en 1943 de trasladarse a Chicago, donde en un primer momento no se dedicó a la música, sino que se empleó como obrero en una fábrica de papel. Pero pocos meses más tarde se pudo hacer con una guitarra eléctrica y comenzó a tocar en clubes del South Side haciéndose poco a poco un nombre que le sirvió para grabar varias canciones para la Columbia Records en 1946, grabaciones que no vieron la luz hasta 1981, cuando aparecieron en el álbum "Okeh Chicago Blues".  Con toda seguridad, tuvo que ver en ese ostracismo el hecho de que ese mismo año el bluesman Sunnyland Slim le ayudó a firmar un contrato con Aristocrat Records, donde grabó varios singles que no obtuvieron ningún éxito comercial, lo que le obligó a seguir conduciendo camiones y furgonetas por la mañanas y tocando blues en los garitos de la ciudad por la noches.  

DibujoEn 1948, los hermanos Chess convirtieron Aristocrat Reccords en Chess Records y en la nueva compañía Muddy Waters grabó su primer single de éxito, el legendario "Rollin' Stone Blues”, que fue el primer sencillo que alcanzó éxito en la radio a nivel nacional, y sobre el que se cimentó su leyenda, al que seguiría, también con notable repercusión “Can´t Be Satisfied”, posicionándole como una figura consagrada del blues en toda América, que empezó a recorrer gira tras gira con una banda en la que se encontraban, sí, créanlo - ¡lo que hubiera dado por verlos!- Willie Dixon en el bajo y Little Walter en la armónica, a la que ocasionalmente se unía Jimmy Rodgers como segundo guitarra. Cuando se conoce que nombres como los de Walter Horton, Junior Wells, James Cotton y Buddy Guy tambien formaron parte de la banda de Muddy Waters, es increíble pensar en que quienes tuvieron la oportunidad de ver tocar juntos a esta constelación de estrellas del blues quizá ni les prestaron atención y simplemente les tuvieron como musica de fondo mientras tomaban una copa o echaban una mano de poker en algún grasiento tugurio de Salt Lake City, Oklahoma o Austin.  

Pero esta banda, como tantas otras de músicos de blues de la América de finales de los 40 y comienzos de los 50, aunque famosos y prestigiosos, estaban muy lejos del lujo, la fama y el glamour que consiguieron sus discípulos musicales. En en esas interminables giras, en la mayoría de los locales en los que tocaban lo hacían por la cena y por dos whiskys, dormían en pensiones de mala muerte cuando no en los autobuses en los que iban de una ciudad a otra y por supuesto, en los estados del sur tenian que ir segregados en la parte de atrás de los autobuses, no podían entrar en la mayoria de los restaurantes e incluso más de una vez se les prohibia alojarse en los hoteles cuya clientela era mayoritariamente blanca, anglosajona y protestante. 

Por paradojas de la historia, tuvo que ser un muchacho de Cheltenham, Gran Bretaña,  conflictivo e inadaptado, pero sumamente inteligente e inquieto creativamente de nombre Brian Jones quien, fascinado por la magia de ese alquimista negro de los sonidos, se dedicó en cuerpo y alma en dar a conocer su música, a interpretarla, a compartirla... y en ese afán, un día se encontró en un club de Londres con otros dos musicos en esa época más inclinados hacia el rock'n'roll, pero a los que les cambió la vida conocer esa música. ¿Hace falta decir que esos chicos eran Mick Jagger y Keith Richards y que a raíz de ese encuentro nacieron los Rolling Stones?  

A partir de ahí, Eric Clapton, Jeff Beck, Peter Green, Jimmy Page, Alvin Lee, Steve Winwood... la generación que cambió la historia de la música popular contemporánea, grupos como obviamente los Stones, pero junto a ellos Cream, Traffic, Led Zeppelin, Fleetwood Mac, Chicken Shack o Ten Years After en Inglaterra, la Allman Brothers Band, Buffalo Springfield o la Big Brother & The Holding Company con la diosa blanca del blues Janis Joplin en América, todos los músicos que hicieron del rock el fenómeno más impactante de la cultura popular contemporánea en el siglo XX, crearon toda la música que cambió el mundo inspirados en ese blues seco, polvoriento, crudo, ese canto de la negritud profunda de América que les llegó al alma y al corazón. 

Deliberadamente o no, el gran padre espiritual de ese sonido, el músico que reinventó el blues eléctrico con su obra maestra, piedra angular de la evolución y la confluencia del blues y del rock como fue 'Electric Mud' -llegado el momento del 50 aniversario de su edición el próximo mes de octubre, estos papeles se nutrirán de la historia de ese genial disco- y reconocido desde entonces como el creador de un nuevo concepto del blues que entroncaba con la evolución del rock hacia otros parámetros de progresión técnica y compositiva, se mantuvo casi siempre en un discreto segundo plano, y a pesar de que todos los grandes siempre lo reivindicaron como su mentor, solo hay dos documentos relevantes sobre la admiración que despertó en todo el mundo del rock: su impagable aparición en la película de Martin Scorsese 'The Last Waltz', atacando un “Rollin' Stone Blues' de fábula y mas recientemente, en la histórica noche de noviembre de 1981 en la que Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood acudieron al Checkerboard Lounge de Chicago a compartir una irrepetible jam-session con Muddy Waters recogida en el excelente disco en directo 'Live At The Checkerboard Lounge'. 

"Honey Bee", "I'm Your Hoochie Coochie Man", "I Just Wanna Make Love to You", "I'm Ready", "Got My Mojo Working”, "Mannish Boy"... señoras y señores, descubrámonos respetuosamente en el 35 aniversario de su muerte ante este maravilloso artista, al que en el mundo del rock todos le debemos todo.

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