Ana tiene 13 años, es asturiana y ayer cumplio su sueño: despegar en helicóptero desde el aeropuerto coruñés de Alvedro para dar una vuelta por las alturas viendo el mar y la Torre de Hércules y 'diplomarse' como piloto de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Ha pasado los últimos seis meses entrando y saliendo del hospital de Oviedo a causa de la leucemia que padece y la Fundación Pequeño Deseo se ocupó ayer de inyectarle una buena dosis de optimismo haciendo realidad su sueño de volar en un helicóptero en colaboración con Aena y la DGT.
Ana Linares Vázquez llegó por la mañana al aeropuerto de Alvedro poco antes de las doce junto a sus padres, Julio y Belén, y su hermano Tomás, que no dejaron de inmortalizar la experiencia con sus cámaras de fotos y vídeo. Tímida pero muy sonriente, confesó a los medios poco antes de embarcar que estaba 'muy nerviosa y emocionada' en su primer vuelo de despegue vertical. 'Lo que más quiero es ver el mar', explicó.
Ana se sentó en asiento del copiloto junto al jefe de la patrulla aérea de la DGT, Bernardo Cortijo, un veterano piloto al mando del aparato. Casi una hora más tarde, Ana entraba feliz en el recibidor del aeropuerto con una enorme sonrisa y una gran abeja de peluche azul y amarilla bajo el brazo, como réplica 'Abeja', la mascota de la patrulla aérea. 'Hemos ido por A Coruña, la Torre de Hércules y Sada. Se ve todo mejor que en un avión', dijo. Su otro gran sueño es conocer a Iker Casillas, que ya le ha hecho llegar una foto dedicada.
Ana Linares Vázquez llegó por la mañana al aeropuerto de Alvedro poco antes de las doce junto a sus padres, Julio y Belén, y su hermano Tomás, que no dejaron de inmortalizar la experiencia con sus cámaras de fotos y vídeo. Tímida pero muy sonriente, confesó a los medios poco antes de embarcar que estaba 'muy nerviosa y emocionada' en su primer vuelo de despegue vertical. 'Lo que más quiero es ver el mar', explicó.
Ana se sentó en asiento del copiloto junto al jefe de la patrulla aérea de la DGT, Bernardo Cortijo, un veterano piloto al mando del aparato. Casi una hora más tarde, Ana entraba feliz en el recibidor del aeropuerto con una enorme sonrisa y una gran abeja de peluche azul y amarilla bajo el brazo, como réplica 'Abeja', la mascota de la patrulla aérea. 'Hemos ido por A Coruña, la Torre de Hércules y Sada. Se ve todo mejor que en un avión', dijo. Su otro gran sueño es conocer a Iker Casillas, que ya le ha hecho llegar una foto dedicada.
