El niño testigo del crimen de Alovera será acogido temporalmente por un tío que vive en Italia

Traslado del cuerpo de uno de los fallecidos del crimen de Alovera
El niño que ha presenciado cómo su padre mataba presuntamente a su madre y al compañero sentimental de ésta, y después se suicidaba, en la localidad guadalajareña de Alovera, será acogido temporalmente por un tío, hermano de la madre, que reside en Italia, y que ha sido localizado por los Servicios Sociales de Castilla-La Mancha.
Según informaron fuentes de la Consejería de Bienestar Social, todo parece indicar que esta persona se hará cargo temporalmente del niño, aunque la tutela sigue en manos de los Servicios Sociales castellano-manchegos, que la asumieron al no localizar a ningún familiar que se quisiera hacer cargo del menor.

Una vez que el hermano de la fallecida se desplace a España, tendrá que reunirse con los técnicos de Menores, que serán quienes estudiarán la viabilidad de que dicha persona se haga cargo del menor, que se encuentra en acogida por unos vecinos en estos momentos, y necesitará un tratamiento importante en el ámbito psicológico, según ha destacado el consejero del ramo, Tomás Mañas.

'ACOGIMIENTO AFECTIVO'

Por su parte, el psicólogo y secretario general de la Oficina del Defensor del Menor, José Antonio Luengo, ha recomendado una atención psicológica 'inmediata' para el niño, 'cuanto más rápida sea la actuación terapéutica y el acogimiento afectivo, más fáciles de abordar serán las secuelas que le van a quedar después de lo vivido', ha explicado.

En este sentido, Luengo ha resaltado, en declaraciones a Europa Press, que se trata de una edad en la que los recuerdos empiezan a dejar 'huellas claras que no se borran', de ahí que hay que facilitarle un entorno de acogida, 'a poder ser familiar', que le ofrezca 'tranquilidad y sosiego' y le haga 'sentirse bien e ir creciendo como persona'.

Además, necesita un apoyo psicológico constante que le permita seguir pensando e imaginando a través de espacios 'más agradables', sin caer en el recuerdo de la drástica situación vivida. Se trata de uno de los hechos 'más agresivos' que se pueden presenciar y esto requiere más dificultades para recuperarse, ya que 'incluye muerte, suicidio y pérdida de seres queridos', afirmó.

Entre los principales trastornos que puede sufrir, Luengo ha destacado alteraciones en el sueño, dormir mal, pesadillas, miedos nocturnos y diurnos, determinadas fobias, inquietud o ansiedad. También puede experimentar cambios conductuales en su relaciones sociales, por lo que el apoyo psicológico debe extenderse a todo su entorno 'a fin de evitar también futuras victimizaciones'.

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