La autora canadiense, gran ausente de una ceremonia que homenajeó al expresidente sudafricano

Los Nobel recuerdan a Munro y Mandela en la gala de entrega

Foto de familia de los galardonados en la nueva edición de los Premios Nobel. (Foto: FREDRIK SANDBERG)
La ceremonia de entrega de los Premios Nobel regaló ayer a la canadiense Alice Munro, ganadora del galardón de Literatura, el aplauso más caluroso de la gala, y recordó la figura de Nelson Mandela en un evento presidido por los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia.
Al comienzo de la ceremonia, el presidente de la Fundación Nobel, Carl-Henrik Heldin, envió un 'caluroso saludo' a Munro, que no viajó a Estocolmo por motivos de salud y cuyo premio recogió una de sus hijas, Jenny, y, al igual que se hizo en Oslo en la entrega del Nobel de la Paz, recordó a Nelson Mandela y su lucha de la libertad, la democracia y el humanismo.

La princesa heredera Victoria no estuvo este año en la ceremonia, pues asistió en Johannesburgo al funeral por Mandela, ni tampoco la princesa Magdalena, aunque sí estuvieron presentes los príncipes Daniel, esposo de Victoria, y Carlos Felipe, así como 1.570 invitados.

Heldin recordó que aún hay personas que mueren de hambre, que el calentamiento global es 'preocupante' y que hay 'considerables turbulencias' en los mercados económicos, cuya solución requiere de 'una mejor organización y gobernanza de la sociedad' y una distribución 'más justa' de los recursos de la tierra.

Pero los grandes protagonistas de la ceremonia fueron los galardonados, en especial Munro, que con sus relatos ha estado cerca de solucionar 'el mayor misterio' de nuestra existencia material: 'El corazón humano y sus caprichos', dijo el secretario permanente de la Academia Sueca, Peter Englund.


DESFILE DE PREMIADOS

El resto de premiados sí estuvo en el escenario y recibieron de manos del monarca el premio, tras lo que, como manda el protocolo, hicieron una reverencia al rey, otra a los académicos y otra al público.

El premio consiste en una medalla, un diploma y ocho millones de coronas suecas (unos 930.000 euros o 1,5 millones de dólares), que se reparten entre los galardonados de una misma categoría.

Los primeros galardonados fueron los físicos Peter Higgs y François Englert -este año también Premio Príncipe de Asturias- por haber teorizado sobre la existencia de una partícula subatómica que confiere masa al resto (el bosón de Higgs), 'un fantástico triunfo para la ciencia'.

Martin Karplus, Michael Levitt y Arieh Warshel recibieron el premio de Química por el 'desarrollo de modelos multiescala para sistema químicos complejos', que han 'revolucionado muchas ramas de la química'.

La Medicina premió a James Rotham, Randy Schekiman y Thomas Sudhof por 'haber resuelto uno de los grandes misterios de la fisiología celular': la maquinaria que regula el tráfico vesicular, que un sistema de transporte esencia en nuestras células.

Eugene Fama, Lars Peter Hansen y Robert Shiller recibieron el Nobel de Economía por sus 'análisis empíricos de los precios de los activos', sin los que 'sería imposible evaluar los mercados financieros de manera científica'.

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