Un olivo 'plantado' por el papa recordará su visita a Madrid

 El papa Benedicto XVI recibe el olivo que posteriormente plantó en la Puerta de Alcalá.
El papa ha plantado esta tarde, simbólicamente, un esqueje de olivo como recuerdo de su visita a Madrid, donde ha 'entrado' atravesando a pie la Puerta de Alcalá, después de que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, le entregara la llave de la ciudad.

Desde la Nunciatura Apostólica, donde reside estos días, Benedicto XVI se ha trasladado en 'papamóvil' hasta la Plaza de la Independencia y, a continuación, hasta la cercana Plaza de Cibeles, donde tiene previsto presidir el primer encuentro con los participantes de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Cincuenta jóvenes (10 por continente) vestidos a la manera tradicional de sus países han pasado por los cinco arcos de la Puerta de Alcalá acompañando al papa, al que han tenido la oportunidad de saludar previamente.

Parte del ajardinamiento de la Puerta de Alcalá representaba los colores del Vaticano.

A continuación, se le ha ofrecido una maceta con un esqueje de olivo, al que el Sumo Pontífice ha echado tierra.

Tras 'plantar' el olivo, el papa ha sido 'saludado' con reverencias y caracoleos de seis caballos andaluces de Domecq.

Dos niños de esta familia, ataviados con trajes típicos andaluces con los colores del Vaticano (blanco y amarillo), han bajado de los caballos para entregarle un cuadro de la Virgen de la Almudena.

En la Puerta de Alcalá lo aguardaba el alcalde, acompañado de su esposa, Mar Utrera, quienes han saludado al Pontífice, en presencia del cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, y todos los grupos municipales a excepción de IU, que ha decidido no asistir.

La tuna del Colegio Mayor Loyola ha rondado al Papa en el camino a la céntrica Plaza de Cibeles.

Benedicto XVI salió de la Nunciatura para dirigirse a Cibeles pasadas las 19.10 horas a bordo del 'papamóvil', que tenía las ventanillas bajadas para poder saludar de manera más cercana a los fieles que se han agolpado en las aceras de las calles de Madrid para vitorearle.

Nada más salir de la que será su residencia hasta el próximo domingo cuando concluya la JMJ, el papa ha recorrido varias de las principales vías de la capital y ha contemplado el ambiente festivo de los miles de ciudadanos que le han recibido a su paso con serpentinas amarillas, cánticos y pancartas de bienvenida.

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