Los niños que padecen sobrepeso en Reino Unido podrían dejar de estar bajo el cuidado de sus progenitores y pasar al control de la Administración para evitar una epidemia de obesidad en el país, si finalmente sale adelante la propuesta de la Local Government Association (LGA), organización que aglutina a los gobiernos locales, que ha denunciado la negligencia parental en los casos de exceso de peso.
La situación en las islas apunta a un millón de menores clínicamente obesos en un plazo de un cuatrienio de mantenerse la tendencia actual, que alerta de importantes costes para el sistema de salud ante el preocupante aumento de dolencias cardiacas, circulatorias y enfermedades de naturaleza relacionadas, y que según expertos en Salud Pública podría derivar en una amenaza para el país. La LGA reclamó acciones drásticas para mejorar la salud de los jóvenes que ya han superado las barreras de peso aconsejables en un contexto en el que los servicios sociales apenas se han implicado ante la percepción de que se trata de una cuestión que debe ser manejada por los padres.
