Los datos servirán para desarrollar un programa de plantaciones por la cordillera cantábrica

Pastores con GPS localizan árboles que alimentan al oso

Pastores de la cordillera cantábrica han marcado con un GPS los lugares donde se encuentran los frutales de los que se alimentan los osos, dentro de un proyecto de conservación que pretende repoblar con estos árboles los lugares frecuentados por el 'ursus arctos' ibérico. Esta iniciativa, desarrollada por la ONG Muruna, se ha llevado a cabo durante la marcha reivindicativa 'Del oso a la oveja', que concluyó ayer tras diez días y 220 kilómetros recorridos con 500 ovejas y cabras por el norte de León y Palencia.
El objetivo principal de la marcha es la reivindicación de la importancia de la presencia de los pastores en la montaña para la conservación de la biodiversidad a través de la ganadería extensiva. Los datos obtenidos con los GPS se utilizarán en programas de plantación de árboles y arbustos dentro del proyecto 'Frutos para el oso', una actividad iniciada hace ya más de una década por el Fondo para la Protección de la Fauna Salvaje (FAPAS) y que se quiere potenciar en el corredor osero de la zona de Cantabria y Castilla y León.

Los pastores acostumbraban a sembrar frutales y proteger aquellos que nacían espontáneamente en majadas y caminos para utilizarlos como alimento, una acción que de forma indirecta favorecía la nutrición del oso pardo, que también los aprovecha en los primeros meses de verano. Sin embargo, como señaló el director de la ONG Muruna, Benigno Varillas, los árboles frutales 'van desapareciendo alarmantemente' debido a la drástica disminución de pastores y al corto periodo de vida de estas plantas, que 'deben plantarse cada 15 ó 20 años'.


ESPECIES EN EXTINCIÓN

La iniciativa plantea también otras ventajas, puesto que si el oso pardo consigue a través de los frutales su alimento, esto 'hace que no busque comida en el ganado u otros sitios en los que podría provocar daño', añade Varillas. Otro problema contra el que se lucha para conservar ésta y otras especies en peligro de extinción es el veneno, 'que a veces se pone para el zorro o para el lobo y luego come cualquiera', y que resulta difícil de condenar dada la complicación de conseguir 'pruebas que le sirvan al juez'.

Hasta ahora, Varillas admite que se ha encontrado 'bastante poco frutal', aunque lo justifica con el hecho de que la marcha atraviesa la cordillera a mucha altitud para facilitar el camino a los pastores, mientras que la vegetación más abundante se sitúa en la zona de los valles.

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