Prácticamente nunca han ocupado la portada de revistas como Billboard o Rolling Stone, ni son de las bandas que tengan numerosos temas clásicos en las emisoras de radio tipo Rock FM, ni tampoco se prodigan en entrevistas o reportajes. Y ello no es óbice para que sean uno de esos grupos que forman parte del selecto elenco de nombres que están en la categoría de “rock de estadios” ni para que la noticia de la edición de su nuevo disco de estudio, el primero desde 2006 sea uno de los impactos del verano. Sin obviar que han inspirado el nombre de una de las formaciones más respetadas y admiradas del rock actual en España, los madrileños Sôber.
Los Tool liderados por Adam Jones y Maynard James Keenan son ciertamente una rara avis en el entorno del rock actual. Siempre han mencionado entre sus influencias nombres tan dispares entre sí como los de Rush, Melvins, King Crimson, Pink Floyd, Helmet, Faith No More o Depeche Mode y si bien es cierto que escuchando con atención cada uno de sus discos se pueden apreciar detalles de producción y una evolución musical que evidencia que no mienten al citar esas influencias, no cabe negar que es un grupo con una fuerte personalidad propia y un estilo reconocible dentro de sus eclecticismo.
Antes de comentar alguno de los rasgos más interesantes de ese nuevo disco de Tool, unos datos biográficos para poner en contexto. Formados en 1990 en Los Angeles, en un primer momento se movieron dentro de la escena del rock alternativo que empezó a cobrar fuerza dentro de la industria de la música de Estados Unidos. El sello independiente Zoo Entertainment publicó su primer disco ‘Opiate’ en 1992 y merced a una no buscada polémica con los sectores más ultraconservadores que pretendían censurar uno de sus video clips en el que se mostraba a los miembros de Tool desnudos con los genitales cubiertos por una pegatina del PMRC y con cinta adhesiva en la boca, así como por el buen nivel que ofrecieron en las giras que hicieron teloneando a White Zombie, Rage Against The Machine y la Rollins Band, muy pronto se colocaron en una privilegiada posición que despertó gran expectación cara a su siguiente trabajo, ‘Undertow’, y más aún con ‘Aenima’ y ‘Salival!’, discos en los que su original rock alternativo iba incorporando cada vez más elementos del rock progresivo y evolucionando hacia un estilo diferente.
Esta tendencia se confirmó con la edición de ‘Lateralus’ en 2001, el llamado “álbum psicodélico” de Tool y sobre todo en ‘10.000 Days’, el hasta hace poco último trabajo del grupo. En casi toda la última década, diferentes problemas con sus diseñadores gráficos y sus representantes legales tuvieron mucho más tiempo a los Tool en los tribunales y en los despachos de sus abogados que en el estudio y el local de ensayo. La carrera paralela de Maynard James Keenan con A Perfect Circle y la calma con la que el grupo se tomó la grabación de este nuevo trabajo, que ya por fin tenemos en nuestras manos y cuyas primeras grabaciones comenzaron tres años antes, partiendo de ideas concebidas durante la gira de ‘10.000 Days’.
'Fear Inoculum' significa vacunarse contra el miedo, y Tool ha dicho que es un mensaje para ellos mismos, para ignorar a los críticos y sacudirse la presión que sentían por parte de la prensa e incluso de sus fans ante las expectativas acumuladas en torno a este disco.
Con más de 80 minutos de duración repartidos en nueve canciones, tres de las cuales son interludios instrumentales, ‘Fear Inoculum’ es una odisea del progreso hipnótico: o lo que es lo mismo, Tool llevado a su conclusión lógica.
El sello independiente Zoo Entertainment publicó su primer disco ‘Opiate’ en 1992 y merced a una no buscada polémica con los sectores más ultraconservadores
Los riffs se repiten de tal manera que cada tema se estructura a nivel de composición como un ritual intenso y compartido. Temas como los extensos “Invincible” y “Descendent”, tocado en la última gira anterior a la edición de este álbum son en los que más se aprecia esa dinámica.
Tool en 2019, a pesar de la constante evolución que caracteriza su personalidad, siguen tratando de ahuyentar demonios familiares en letras como la de “Culling Voices”, aparentemente sobre las conversaciones negativas con las personas que inventamos en nuestras mentes. Se desarrolla desde un susurro en un intenso “in crescendo, donde el grito repetido de Maynard de "¡No te atrevas a señalarme eso!" le aporta una intensidad especial, dramática y emotiva. Aunque a pesar de la seriedad y la gravedad de las letras de muchas canciones, el sentido del humor también está presente en ‘Fear Inoculum’ y no cabe interpretar de otra manera la virguería sonora que han titulado “Chocolate Chip Trip”. El interludio que cierra el álbum, ‘Mockingbeat’, recoge sonidos de pájaros cantando y demás sonidos de la naturaleza, muy al estilo de lo que se puede escuchar al final de ‘Undertow’.
El interludio que cierra el álbum, ‘Mockingbeat’, recoge sonidos de pájaros cantando y demás sonidos de la naturaleza, muy al estilo de lo que se puede escuchar al final de ‘Undertow’
Como todo aquello en lo que Tool ha puesto su nombre en sus tres décadas en el mundo del rock, ‘Fear Inoculum’ es mucho más que un álbum. Cuanto más se escucha, más envuelve al oyente. Estamos ante un trabajo complejo que requiere ser escuchado con la misma calma, profundidad y falta de prejuicios con la que la banda lo ha compuesto y grabado. Como ya hemos señalado, son más de 80 minutos de un viaje en el que las sensaciones se entrecruzan de manera caótica, pero extrañamente estructurada. Puede indudablemente resultar largo, pero puedo asegurarles que va a ser una valiosa inversión de su tiempo.
