Las instituciones españolas ocupan puestos mediocres en las dos principales listas internacionales

El recorte en investigación, el gran lastre en la Universidad

Un grupo de alumnos realiza una prueba escrita en un centro universitario.
Una investigación afectada por los recortes, una oferta de posgrado poco atractiva para estudiantes europeos y poco profesorado extranjero pueden explicar el que España ocupe puestos mediocres en las principales clasificaciones internacionales globales de universidades.
Ninguna universidad española aparece en 2013 entre las 200 primeras del mundo en el denominado 'Ranking de Shangai' ni tampoco en el de la publicación británica 'Times Higher Education', excepto la Pompeu Fabra (Barcelona), en el lugar 164 de esta última. Las dos listas, centradas sobre todo en la investigación, son quizás las más conocidas del mundo y tienen gran impacto internacional, asegura el director de la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria de la Universidad Politécnica de Madrid, Francisco Michavila.

Tienen en cuenta los artículos científicos publicados en las principales revistas especializadas, premios Nobel y otros de prestigio que han estudiado o enseñan en sus aulas o la capacidad de atraer alumnado extranjero.

En el caso de España, hay quien aprovecha los resultados para denunciar el 'mal' estado del sistema universitario, pero también quien cuestiona su metodología porque no se valora la calidad docente ni la equidad, según Michavila, uno de los coordinadores del libro 'Los rankings universitarios, mitos y realidades'.

Dado que esas dos clasificaciones, insiste, miden sobre todo la investigación, los datos 'no pueden sorprender' a los responsables de la política universitaria española cuando la inversión pública es cada vez menor.


REDUCCIÓN DE INVERSIONES

'En los últimos cuatro años -asegura-, entre el final del gobierno anterior y el actual, se redujeron las inversiones en ciencia en un 26%; y desde 2010 ha bajado el presupuesto de las universidades en 1.200 millones de euros'. Por lo tanto, deduce Michavila, si se aminora la inversión pública en nuestras universidades 'no podemos esperar que mejoren'.

Hay medidas de políticas universitarias que es necesario tomar ya, apremia, aunque sean tiempos de contracción presupuestaria, para actuar inmediatamente cuando acabe esta circunstancia y mejorar la comparación con otras universidades; tal vez, la primera cuestión es resolver la 'debilidad' de la internacionalización.

'Tenemos muchos alumnos de movilidad europea Erasmus en los grados (carreras), pero la calidad de la Universidad se mide por la de su posgrado y de su investigación', precisa Michavila. Alerta así de un porcentaje 'muy bajo' de extranjeros que cursan posgrados en España; a ello se unen el poco profesorado procedente de otros países.

Michavila propone como una de las posibles soluciones a esos problemas detectados los últimos años en el sistema universitario español una oferta de estudios lo suficientemente atractiva como para captar alumnos principalmente europeos, es decir en inglés, cuya presencia en la docencia es limitada ahora. Y además, apuesta claramente por la alianza con otras universidades para presentarse a proyectos europeos y conseguir intercambio de alumnos es otro de los medios.

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