Hiroshi Ishiguro, creador de los Geminoids, está seguro de que el hombre podrá enamorarse de ellos

El reto de la robótica es dotar de emociones a los androides

El científico Hiroshi Ishiguro. (Foto: CRISTÓBAL GARCÍA)
El científico japonés Hiroshi Ishiguro, creador de los Geminoids, robots de apariencia humana que pueden interactuar con la gente, afirma que llegará el día en que las personas se enamorarán de los androides, cuando éstos sean capaces de reproducir las emociones que caracterizan a la raza humana. Este es uno de los vaticinios de Ishiguro en una entrevista, durante su estancia en Barcelona para participar en sendas conferencias sobre robótica avanzada en el Festival de Cine Fantástico de Sitges y en el CosmoCaixa de la capital catalana.
Dos de las creaciones de su laboratorio de la Universidad de Osaka, el Geminoid H1-2, una copia fiel del propio científico, y el Geminoid F, reproducción de una mujer, son la imagen de la presente edición del Festival de Sitges, dedicado al décimo aniversario de la película 'Inteligencia Artificial', de Steven Spielberg.

En términos cinematográficos, los Geminoid siguen el diseño de los 'replicantes' del filme 'Blade Runner', al mostrar una apariencia casi humana, frente a los robots de estética mecánica, como los R2-D2 o C-3PO de 'La Guerra de las Galaxias'.

Este experto cree que ambos tipos coexistirán en el futuro y para tareas, como pasar el aspirador, bastarán máquinas tipo R2-D2, mientras 'para tener una conversación, será mejor androides como los de 'Blade Runner''.

Los Geminoid interactúan sentados y sólo efectúan movimientos de cabeza, ojos y boca, lo que les limita la expresividad, o los dedos de las manos, y necesitan ser teledirigidos con un portátil, por lo que, pese a su aspecto hiperrealista, no se confunden con humanos.

Para parecer humanos, los androides deben transmitir emociones y sentimientos, un reto al que se enfrenta el equipo de Ishiguro, quien señala: 'nuestro próximo paso es intentar representar emociones, la conciencia de los humanos, algo que no se define sólo con determinadas habilidades, y que es muy difícil de imitar'. Ishiguro, de 47 años, se muestra confiado en 'poder imitar esta clase de conductas mediante programas informáticos, primero tenemos que estudiar más qué es la conciencia humana. Una vez que definamos esto, podríamos hacer rápidamente una copia, pero no sabemos qué es'.

Sobre el uso de los robots, Ishiguro pone ejemplos, como, dar clase a distancia usando su robot 'clon' si no pudiera desplazarse por una enfermedad o hacer compañía a personas que viven solas. Comenta que, en las experiencias que hizo al reunir a sus Geminoids con personas e interactuar un tiempo los robots, después del encuentro 'casi todos admitían que podrían llegar a enamorarse de un robot'.

El experto relativiza cuestiones éticas que pueden derivarse de sus avances y comenta con ironía: 'creo que se podría imitar el enamoramiento, aunque yo todavía estoy buscando qué es el amor verdadero. ¿Usted sabe qué es?'. Esta relativización llega a un punto extremo cuando resalta que el coste de un Geminoid es de alrededor de un millón de euros, y que la mayoría de seguros de vida de las personas no alcanzarían estas cifras. 'En Japón, los robots son nuestros amigos, y creo que aquí pronto van a verlos igual, por la cantidad de series animadas japonesas que se difunden', volvió a ironizar.

Te puede interesar