Los expertos aconsejan priorizar el valor educativo y tener en cuenta las posibilidades económicas

Los Reyes Magos no siempre traen lo que los niños desean

Un grupo de personas en una juguetería. (Foto: ARCHIVO)
El 6 de enero es la oportunidad de conseguir los regalos que no dejó Papá Noel, pero miles de padres dudan si los Reyes Magos deben traer a los niños lo que piden, deslumbrados por la publicidad, o lo que les puede convenir, unos libros, por ejemplo, con el riesgo de un conflicto familiar. El doctor en Psicología y Pedagogía Valentín Martínez-Otero explicó que se debe dialogar con los hijos.
'Hay que tener en cuenta sus gustos, aunque los padres -matizó- deben orientar la elección hacia un consumo equilibrado, con arreglo a criterios como necesidades, valor educativo del regalo/juguete, coste y posibilidades económicas'. Un niño que ve satisfechos todos los deseos, advierte, puede tornarse caprichoso, con dificultades para controlar las apetencias en la adultez.

Según la psiquiatra infantil Eva Solanas, los padres deben educarlos para que elijan entre todo lo que quieren, siempre según el criterio de los niños, pues son los que tienen que jugar. 'Podemos aconsejarles, pero nunca decidir por ellos', insistió. Cuando los padres creen que algo es inadecuado, como un videojuego violento, 'habría que negociar', opinó, para compensar con otro juguete que también les haga ilusión. Como planteamiento general, el autor del manual 'Aprendiendo a ser padres', el doctor en Medicina Francisco Kovacs, lo tiene claro: 'Si existe un conflicto entre lo que quieren unos y otros, la solución es evidente: el objetivo de la educación es dar a los hijos lo que es mejor para el futuro adulto que se desarrollará a partir de la niñez'.


PREPARAR EL TERRENO

Defiende que los padres preparen el terreno para que el niño desee cosas que le resulten atractivas y divertidas y, además, útiles para el futuro. 'Si los niños están compitiendo entre sí para ver quién tiene un regalo más caro, su educación fue errónea desde un principio'. Sobre si el regalo deber servir de recompensa o castigo, Kovacs indicó que el niño no tiene que esperar nada especial por una actitud correcta, pues es su obligación. No obstante, comportamientos excepcionales sí merecen premios, no tanto en valor económico como en reconocimiento de que madura.

'Las fechas en que los regalos se esperan, como Reyes, en el fondo son una evaluación: el niño sabe que, en función de cómo se haya portado, tendrá una cosa u otra, y eso es bueno', según Kovacs. Solanas señaló que son muchos los 'reforzadores' de conducta (premios) que los padres pueden emplear, desde los sociales hasta los materiales, como obsequios vinculados a buenas notas. Pero es más partidaria de los 'reforzadores diarios' para que cumplan con sus obligaciones. 'El mayor refuerzo para un niño es el afectivo, un beso, un abrazo; no tiene por qué ser algo material', resaltó.

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