Alto a la invasión de los osos es un proyecto que se lanzó este fin de semana en Brasov, en el centro de Rumanía, para alejar mediante un sistema de ultrasonidos a los osos urbanos que buscan comida en los cubos de basura de esta ciudad y ponen en peligro la vida de los habitantes.
La Municipalidad de Brasov, el Ministerio de Medio Ambiente y la Universidad Transilvania cooperan en esta acción concertada. Una barrera protectora que funciona basada en los ultrasonidos será instalada en las faldas de la montaña Tampa a lo largo de 12 kilómetros, para proteger el centro histórico de Brasov y el barrio próximo, Racadau, más visitado por los animales. Se trata de un sistema de 600 sensores que se instalarán en los árboles y postes de electricidad de modo a crear una barrera de electricidad y células fotovoltáicas. La frecuencia será percibida sólo por los osos y no afectará a otras especies de animales o a los hombres.
La inversión, que se eleva a 300.000 euros, será soportada por el consorcio local Kronvest.
El ministro de Medio Ambiente, Atila Korody, aseguró que estos sistemas, que funcionan con éxito en Suiza, serán instalados también en otras localidades de los Cárpatos frecuentadas por los osos.
Animales cariñosos
La presencia de los osos en Brasov es explotada como curiosidad turística por los taxistas de la localidad, que suelen llevar a sus clientes para ver el espectáculo nocturno de los animales. Varios osos son conocidos por sus nombres, se comportan como domesticados, toman dulces de las manos de la gente. Los responsables locales advirtieron reiteradas veces sobre los riesgos que asumen los que se olvidan que el oso es un animal salvaje y peligroso.
La inversión, que se eleva a 300.000 euros, será soportada por el consorcio local Kronvest.
El ministro de Medio Ambiente, Atila Korody, aseguró que estos sistemas, que funcionan con éxito en Suiza, serán instalados también en otras localidades de los Cárpatos frecuentadas por los osos.
Animales cariñosos
La presencia de los osos en Brasov es explotada como curiosidad turística por los taxistas de la localidad, que suelen llevar a sus clientes para ver el espectáculo nocturno de los animales. Varios osos son conocidos por sus nombres, se comportan como domesticados, toman dulces de las manos de la gente. Los responsables locales advirtieron reiteradas veces sobre los riesgos que asumen los que se olvidan que el oso es un animal salvaje y peligroso.
