Reportaje

"Me siento culpable por contagiar"

El coronavirus es una enfermedad que genera culpabilidad, que puede convertirse en una de esas emociones de las que hay que liberarse para seguir adelante

Lola, de 27 años, sintió un nudo en el estómago que se elevó hasta su garganta en el momento en el que le comunicaron el resultado de su prueba PCR, "positivo". Una sensación de "intranquilidad" y de remordimiento continuo que aún le persigue cuando recuerda su etapa de infectada de covid-19. "No tenía miedo a morir, ni siquiera a tener un diagnóstico grave, aunque padecí fuertes problemas respiratorios, simplemente me invadía la culpa, el miedo a contagiar a mis padres, a mis amigos. Una sensación que se mezclaba con la vergüenza y el remordimiento de haber hecho las cosas mal". Un sentimiento muy común entre la gran mayoría de pacientes de covid que, aún tratándose de una pandemia mundial y de que es imposible resposibilizar a nadie, como recalca Lola, "no puedo evitar sentirme culpable". 

El caso de Lola, "abochornada" por sentirse parte del colectivo de "irresponsables" que propagan los rebrotes, aún habiendo hecho las cosas bien, es un ejemplo más de cómo la pandemia ha provocado el florecimiento de una serie de sentimientos que perjudican la salud mental de los enfermos de covid. Diversos estudios demostraron que la sensación que más predomina no es el temor a morirse o pasarlo mal, sino la culpa por haberse contagiado y, sobre todo, por contagiar a familiares, amigos o compañeros. Una ansiedad que se encrudece en el caso de que alguno de ellos muera, pues como remarca Lola, "mi peor miedo era llevar una muerte sobre mis espaldas". 

El coronavirus es una enfermedad que genera culpabilidad, un sentimiento propio de las relaciones sociales, y que puede llegar ahora a convertirse en una de esas emociones de las que hay que liberarse para seguir adelante. Pero ¿cuál es la solución al sentimiento de culpa?  

Luis Docasar Bertolo, jefe de Psiquiatría en el Complexo Universitario Hospitalario de Ourense (CHUO) explica que en el caso de aquellas personas más aprensivas a padecer la enfermedad, ese temor se acentúa y el propio miedo a contagiarse de covid es frecuente que se proyecte en un temor a contagiar a otros. 

Aprender de esta experiencia y hacer un ejericio de reflexión es uno de los consejos que apunta el experto a la hora de abordar esta situación. "Lo más importante es no martirizarse por ello, pues debemos de ser conscientes de que es un virus muy contagioso y que, aún habiendónos cuidado para evitar su propagación, el hecho de contagiarse escapa de nuestro control" afirma.

Traumas y pesadillas

En el caso de los sanitarios, debido a la responsabilidad que su cargo conlleva, este sentimiento ha sido muy frecuente entre los infectados. según explica Docasar. "Muchos médicos que tratamos tenían traumas con la posibilidad de contagiar a su familia, incluso dormían en el hospital para evitar el contacto. Este sentimiento les llegó a generar pesadillas a la hora de pensar en que algunos familiares falleciesen", remarca.

Docasar recuerda que habitualmente en tema de salud mental, "siempre que hay algún cuadro depresivo aparecen sentimientos de culpa". Pero en el marco del covid, una enfermedad que ha influído tanto en nuestro esquema mental y que, según el experto, dejará consecuencias psicológicas en un 10% de la población, "lo peor es que aún no ha acabado". De esta forma, en el caso de personas "traumatizadas" con el contagio, su temor seguirá de forma crónica hasta que no se extinga la pandemia, por lo que tratar de lidiar cuanto antes con estos sentimientos dañinos para nuestra salud es "esencial".

El especialista insta a hablar del problema para poder "liberalo". "Cada vez que contamos algo, además de desahogarnos, lo rememorizamos. Cuantas más veces contemos una historia, más matices le añadiremos hasta el punto de rebajar los aspectos negativos que nos atormentaban en un primer momento". En todo caso, Docasar aboga por no buscar culpables de un virus que no se puede controlar, ser responsables sí, pero ser capaces de "perdornarnos" y asumir los fallos cometidos es primordial en casos como el de Lola y en el de tantos otros. 



Cuando hay evitación, ¿miedo o fobia?

El jefe de Psiquiatría del CHUO recuerda que puede haber distintas estrategias a la hora abordar este sentimiento de culpabilidad generado del covid, por lo que "debemos prestar atención al tipo de paciente", ya que podría ser, en algunos casos, que se tratase de una fobia. "Cuando el pensar en contagiarse de covid o en contagiar a otros produce un sufrimiento psicológico, estamos ante un miedo sobrevalorado", afirma Docasar y recalca que para que haya fobia, además de este sentimiento, aparece otro que nos impide hacer cosas que habitualmente estamos acostumbrados a hacer o necesitamos hacerlas, como ir al trabajo por ejemplo, y renunciamos a ellas por el miedo a contagiar. "Cuando aparece la evitación, si que nos encontramos ante una fobia". Este diagnóstico se aleja de los miedos comunes en los enfermos de covid y podría generar un desasosiego extremo que necesitaría ser tratado con una terapia indivdualizada para analizar el contexto y las cirsunstancias que provocan esta intranquilidad constante.


Los voluntarios durante el covid, con un mayor bienestar mental

Las personas que han hecho voluntariado durante la pandemia del covid-19 sufrieron menos problemas de salud mental que las que no lo han hecho, según el informe "El Impacto de la pandemia en el Tercer Sector`, realizado por la Plataforma del Voluntariado de España y la Plataforma del Tercer Sector.

El estudio, en el que participaron 4.000 personas que trabajan o hacen voluntariado en entidades sociales, revela que, en general, el 58,5% de las personas encuestadas confiesa que desde el inicio de la pandemia se sientieron más tristes, frente al 46,7% de los voluntarios.

Además, de los datos se desprende que el 75,2% de la población consultada sintió un exceso de preocupación durante la pandemia, una cifra que desciende al 61,6% cuando se trata de personas voluntarias. Asimismo, el estudio refleja que el 56,8% de las personas que no hacen voluntariado manifiestan haberse sentido desmoralizadas respecto a su futuro, un porcentaje que se reduce hasta un 44,1% entre las personas voluntarias, que se muestran más optimistas.

En cuanto al miedo al contagio, es una preocupación que afectó al 22,9% de las personas voluntarias, mientras que entre el resto de las personas encuestadas, el 58,5% reconoce haber sentido ansiedad y emociones negativas ante esta posibilidad.

Por otro lado, los problemas para conciliar el sueño afectaron a toda la población en general en la pandemia, si bien, se observa que las personas voluntarias han dormido mejor: el 61,6% de ellas no ha presentado dificultades, frente al 63,9% del resto de personas encuestadas.

Los autores del informe destacan que uno de los mejores datos es que, a pesar de que la tarea del voluntariado fue esencial, la enfermedad no golpeó especialmente a quienes ejercieron la solidaridad. 

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