Rémy Salvat, de 23 años, había escrito al presidente Sarkozy para pedirle un cambio en la legislación

El suicidio de un joven con una rara dolencia reabre el debate sobre la eutanasia en Francia

 El joven Rémy Salvat. (Foto: EFE)
La polémica sobre la eutanasia en Francia vuelve a estar de actualidad por el suicidio de Rémy Salvat, un joven de 23 años enfermo de una rara afección degenerativa. Salvat, que había solicitado al presidente galo, Nicolás Sarkozy, el acceso a una ‘muerte digna’ y que este rechazó alegando motivos ‘filosóficos’, dejó un mensaje grabado a sus padres, en el que comunicaba que pretendía que su muerte sirviese para ‘abrir un verdadero debate sobre la eutanasia y el suicidio en Francia’.
El suicidio de un joven de 23 años, enfermo desde los 6 de una rara enfermedad degenerativa que le estaba conduciendo a la incapacidad total, ha vuelto a reabrir en Francia de forma dramática el debate sobre la eutanasia. En un mensaje grabado a sus padres, el joven comunicó que pretendía que ‘hubiese un verdadero debate sobre la eutanasia y el suicidio’. El caso de Rémy Salvat centraba ayer la atención de todos los medios franceses, después de conocerse que el joven había escrito al presidente, Nicolas Sarkozy, para pedirle un cambio de la legislación en favor de la despenalización del suicidio asistido, a lo que el presidente galo se negó alegando ‘razones filosóficas personales’.

Sobredosis

Después de haber recibido la respuesta, el domingo pasado Rémy se instaló en su habitación de Valmondois (Val-d'Oise, al norte de París) y tomó una sobredosis de medicamentos que acabó con su vida. El cuerpo fue encontrado por los padres, que desde hacía tiempo apoyaban el combate del hijo en favor de la eutanasia. El joven sufría una minusvalía severa progresiva, que le impedía ya andar, resultado de una enfermedad mitocondrial muy rara.

Más recientemente, otra muerte en circunstancias penosas sacudió la conciencia de los franceses. Chantal Sébire, que estaba enferma de un tumor incurable que le deformaba el rostro y le causaba dolores atroces, falleció en marzo por una sobredosis de barbitúricos después de pedir sin éxito el derecho a morir dignamente.

Según amigos de la familia, Rémy no quería recurrir a los cuidados paliativos, se sabía condenado y había manifestado conscientemente su deseo de no acabar como ‘un vegetal’. ‘Rémy nos decía: mientras que pueda andar viviré. Pero desde hacía varios meses ya no podía utilizar sus piernas y sufría terriblemente’, ha contado su padre, Jean-Pierre, según ‘Le Figaro’.

Hace nueve años, la madre, Régine, en un momento de ‘hundimiento total’ según explicó ella misma a la Justicia, intentó acabar con los padecimientos de su hijo, lo que le valió ser imputada de intento de asesinato, causa que fue sobreseída.

Te puede interesar