Los tramientos de fertilidad se incrementaron en el último año

La crisis económica no puede con el deseo de tener un bebé, incluso en aquellos casos en que el embarazo no se produce de forma natural y se tiene que recurrir a técnicas de reproducción asistida, y a pesar de que al pequeño le espere un futuro lleno de incertidumbres.
Según datos del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), uno de los principales grupos de medicina reproductiva, el pasado año se realizaron 26.324 ciclos de reproducción asistida frente a los 24.864 de 2010.

Aunque la demanda no suele tener carácter estacional, el doctor Requena reconoce que se da un aumento de primeras visitas a principios de año y tras la vuelta de las vacaciones. Según datos de la Clínica Ginefiv, la demanda de información sobre los tratamientos de fertilidad puede aumentar hasta un 60% al inicio del año, respecto a otros meses. Las fiestas navideñas marcan un punto de inflexión para aquellas parejas que el año anterior intentaron tener un hijo y no lo consiguieron.


AMPLIO PERFIL

El perfil de los que deciden someterse a un tratamiento de fertilidad es cada vez más amplio e incluye a todo tipo de parejas que tienen problemas para tener un embarazo de forma natural.Pero cada vez son más las mujeres sin pareja (solteras o divorciadas) y las parejas homosexuales que acuden a un centro de fertilidad en busca del anhelado retoño.

Un tratamiento en un centro privado oscila entre los 1.000 euros, que cuesta una inseminación artificial (la técnica más sencilla), y los 6.000 euros. Muchas personas llegan a las clínicas privadas después de haber pasado por la seguridad social, o cuando necesitan acceder a donación de óvulos o gametos.

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