Ariadna Font Llitjós, una catalana en la élite "Watson" de IBM

En el "Grupo Watson" trabajan unos 700 de los 400.000 empleados de la empresa en búsqueda de fórmulas para que la tecnología se convierta en nuestro "segundo cerebro" y ayude a potenciar nuestra inteligencia

Ariadna Font Llitjós integra una unidad de élite en IBM, el "Grupo Watson", donde trabajan unos 700 de los 400.000 empleados de la empresa en búsqueda de fórmulas para que la tecnología se convierta en nuestro "segundo cerebro" y ayude a potenciar nuestra inteligencia.

Catalana "de corazón y de mente" y responsable de diseño y experiencia del usuario del Grupo Watson, Llitjós explicó, en entrevista con Efe, que IBM, y más específicamente su presidenta, Ginni Rommetty, ve en Watson el futuro de la empresa.

"Lo que dice Ginni es que estamos en la era de la informática cognitiva", en la que la inteligencia artificial ayuda a la toma de decisiones, a evaluar la información, y en la que el sistema hace correlaciones sin que tú tengas que pedírselo", afirmó.

Nacida y criada en Barcelona y doctora en lingüística computacional por la Universidad Carnegie Mellon (EEUU), recuerda que el interés en la "informática cognitiva" se disparó después de que el superordenador de IBM Watson derrotase en el 2011 a los campeones del popular concurso televisivo Jeopardy.

Un grupo de investigadores de IBM empezó entonces a ver cómo adaptar la inteligencia artificial de Watson para los clientes de la empresa y comenzaron a trabajar sobre todo con médicos.

"Los doctores fueron los primeros que dijeron, 'madre mía si pudiese tener esta tecnología que mirase toda la investigación, todos los artículos, y me ayudase sería una revolución', porque no hay médico que tenga tiempo de leérselo todo", indicó Llijtós.

Watson "aprende" sobre las conexiones entre distintos tipos de datos, en lugar de estar programado para detectar tendencias, y puede procesar información equivalente a un millón de libros por segundo.

El Centro Oncólogico Sloan-Kettering de Nueva York utiliza la tecnología para tratar el cáncer de pulmón y el Centro del Genoma de Nueva York empezó a usarla este año para el tratamiento personalizado de pacientes con tumores cerebrales.

"En Watson estamos viendo cómo la tecnología puede aumentar la capacidad humana y cómo hacerlo no solo de manera eficiente, sino de forma que para el usuario sea un gusto usar la tecnología, algo similar a lo que ha logrado Apple con su iPhone y el iPad", dijo la ejecutiva de 40 años.

El gran interrogante en su caso es cómo lograr que el software empresarial "que es mucho más aburrido y pesado de utilizar" sea lo suficientemente atractivo como para que los usuarios quieran "tu producto y no otro".

Discípula del conocido como "Design Thinking", un método para la solución creativa de problemas que popularizó el profesor de la Universidad de Stanford y creador de la consultora IDEO, David Kelley, Llitjos considera prioritario el poner al usuario en el centro de cualquier proyecto.

El desarrollo de software se había basado, tradicionalmente, en la opinión de expertos y, con frecuencia, el usuario no entraba "en escena" hasta el último momento.

"La manera tradicional es que tú coges al experto y te empieza a hablar y eso está muy bien pero lo que hace es que no pienses en el usuario hasta el final cuando dices, ah, bueno, sí, esta base de datos que hemos tardado tres años en hacer, ¿cómo la va a utilizar el usuario?", afirmó la directiva de IBM.

"Si no piensas en eso hasta el final, normalmente es demasiado tarde", añadió.

Lo que hizo el "Design Thinking" fue poner al usuario en el centro, entablar un diálogo con él desde el principio, ver cómo utiliza el producto y hacer modificaciones en función de su experiencia.

La metodología también hace hincapié en los equipos multidisciplinares y en la diversidad.

El Grupo Watson, que comenzó a operar a principios de este año, busca replicar, al menos parcialmente, el funcionamiento de las "start-ups" (firmas de reciente creación) de Silicon Valley, que operan con pocos recursos, mucho entusiasmo y gran agilidad.

"No es exactamente una 'start-up' porque esas empresas no tienen mucho dinero y en IBM no es lo mismo, pero la idea es replicar esa mentalidad y no tener las limitaciones, nada de lo que hace ir lenta a una empresa tan grande como IBM", afirma Llitjós.

Prefiere no pensar si le gustaría seguir los pasos de otras mujeres exitosas en su campo: "Si me viese como Marissa Mayer (consejera delegada de Yahoo) o Sheryl Sandberg (directora general de operaciones de Facebook) me daría un estrés que no podría ni levantarme por las mañanas".

Madre de dos hijas y casada con un matemático colombiano, sueña con regresar a España y abrir un centro tecnológico en Barcelona.

"Por ganas me volvía mañana, lo que pasa es que, claro, en plena crisis en España es complicado", dice. 

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