Un cajero automático de un banco español, el modelo ABIL, forma parte de 'Talk to me' (Háblame), una exposición del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York que explora a través del diseño la comunicación entre las personas y los objetos.
Objetos cotidianos que hablan a los ciudadanos, como ABIL, caracterizado por una pantalla táctil de 19 pulgadas que se asemeja al popular iPad de Apple y que se exhibe en el MOMA junto a máquinas para sacar tarjetas del metro o quioscos para facturar en los aeropuertos.
Un cajero del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria con el que esta entidad trata de 'evitar ese sentimiento de frialdad que tiene la gente cuando interactúa con una máquina', según explicó hoy Ángel Cano, consejero delegado del BBVA.
Y que, según Cano, 'cambiará la manera en la que la gente interactúa con sus bancos'.
Diseñado por la firma estadounidense IDEO, ya se han implantado 16 prototipos de este cajero en España. Se instala dentro de las sucursales bancarias en un ángulo de 90 grados contra la pared y se encuentra suspendido en el aire, por lo que también es accesible para personas en sillas de ruedas.
Entre otras funciones, como poder elegir el tipo de billetes que se quieren recibir al sacar efectivo, ABIL identifica al cliente del banco, con lo que le ofrece en la pantalla un área de operaciones más habituales, buscando hacerlas más rápidas y sencillas.
'Éste es un proyecto a largo plazo, porque cambiar las costumbres de la gente es un verdadero desafío, la meta final es reducir al máximo posible todas las operaciones con los empleados de las sucursales, porque creemos que es posible hacer el 99 % de ellas con dispositivos como éste', detalló Cano.
Cuando finalice el programa piloto de estos cajeros, que supondrá la implantación de 30 de estas máquinas en España, la meta del banco es comenzar a reemplazar los cajeros automáticos tradicionales por los ABIL, siempre dentro de las sucursales bancarias.
El cajero, que según el MoMA 'añade una dimensión interactiva a los objetos a través del diseño', estará a la vista en el museo neoyorquino hasta el próximo 7 de noviembre.
