Aimar Vega: "Me gusta tocar todos los palos y en dos meses escribí e ilustré la novela"

Aimar Vega con su primera novela.
photo_camera Aimar Vega con su primera novela.

Aimar Vega Pereira es un joven guionista, cómico e ilustrador

El joven de Trives presenta este viernes su primera novela en el auditorio Julio Vázquez a las 19,30 horas. Aimar Vega, quien se decanta más por el mundo de la creación audiovisual, en donde ha hecho varios sketch cómicos, incluso actuando en el programa Land Rober de la TVG, lanza ahora su primera novela, que lleva por título “La mansión de las mentiras”. Las peripecias de una familia de ricos felices que viven su propia mentira es lo que este joven escritor autodidacta intenta plasmar en su obra.

¿Quién diría usted que es Aimar?

Soy una persona que tiene un miedo espantoso al ridículo, así que diría que me gusta analizar en exceso todo lo que hago. Soy muy organizado y llego a ser maquinador. Lo que más me define es que tengo mucha creatividad e imaginación.

¿Cómo nace la idea de escribir una novela si usted se decanta más por el audiovisual?

Como te dije me gusta mucho analizar todo, y aunque ni la lectura ni la escritura es mi fuerte, pues sentí las ganas de intentar crear mi propia novela, y sin dudarlo, primero hice como un esquema de lo que quería plasmar y luego, a escribir. A mí me gusta tocar todos los palos.

La ilustración se le da bien ¿se ha encargado usted de las ilustraciones del libro?

Por supuesto, lo he hecho todo. Creo que no hay un punto en ningún sitio que yo no haya decidido.

Cuéntenos un poco cual es la trama de “La mansión de las mentiras”.

Gira en torno a una familia de “ricos repulsivos” que fingen vivir felices sin preocuparse para nada de los problemas de la sociedad, pero que realmente es una apariencia y viven su propia mentira, incluso entre ellos mismos.

¿Qué le parece singular de la obra?

Algo anecdótico es que el narrador es el perro de la familia, el que ve cosas que el resto no pueden ver.

¿Qué pretende con esta primera novela?

Primero que los lectores la disfruten, pero también hacer reflexionar de que todo el mundo nos puede mentir y vender “postureo” cuando su realidad es otra, que todos tenemos problemas aunque se muestre lo bonito. 

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