El animal ingirió el producto letal cuando estaba en el Paseo do Malecón.
La muerte de Lucas, un perro de raza pomerania, desató la alarma de los propietarios de canes do- mésticos en O Barco y dio lugar a una investigación de los agentes de la Policía Local. El animal murió después de ingerir un veneno potente, según explicó Francisco Herrera Gómez, de Servicios Veterinarios del Sil. "No hay duda de que era veneno", dijo el veterinario barquense que lo atendió en la tarde del martes. Sus esfuerzos fueron en vano. Ni el empleo del respirador artificial logró salvar su vida.
Los síntomas que ofrecía el perro cuando ingresó en la clínica veterinaria eran claros, según expuso Francisco Herrera: salibación intensa y movimientos incontrolados. A pesar de desconocer la clase de veneno, descartó que la muerte pudiese haber sido debida a algún producto utilizado en el cuidado de la vegetación que crece en la orilla derecha del río Sil, como herbicida.
El suceso ocurrió en la orilla de- recha del río Sil, en el Paseo do Malecón barquense, en la zona próxi-ma a las piscinas municipales. Es el primer caso de envenenamiento de un perro que atiende la clínica de Francisco Herrera. Pese a ello, el verano pasado ya se habló de, al menos, otro caso de envenenamiento de otro can en esa zona. Son muchos los dueños de estos animales que se reúnen allí para soltarlos y dejar que corran.
Los agentes de la Policía Local barquense también tuvieron cono- cimiento de la muerte de Lucas. Lo confirmó su jefe, Arturo Rebollar, quien informó del inicio de una investigación para intentar determinar el tipo de veneno que provocó la muerte del pomerania. Aunque no descarta ninguna hipótesis, las averiguaciones están encaminadas a localizar a la persona que dejó el veneno, posiblemente con el ánimo de matar algún perro
